
Según Pernía, la reducción de la jornada laboral “permite un mayor equilibrio entre el tiempo que uno le dedica a la vida laboral y lo que le puede dedicar a la vida personal o familiar”. Este equilibrio, argumenta, puede traducirse en empleados más descansados, motivados y satisfechos, lo que, a su vez, podría conducir a una disminución del estrés y el agotamiento en el lugar de trabajo.
La experta en psicología laboral también destacó ejemplos positivos de países que implementaron con éxito esta medida, como Bélgica y España, donde la reducción de la jornada laboral demostró tener efectos beneficiosos en la calidad de vida laboral y la productividad.
Sin embargo, Pernía subrayó que la efectividad de esta medida puede variar según los puestos de trabajo, las organizaciones y las industrias. Mencionó el caso de Corea del Sur, donde la reducción de la jornada laboral no tuvo el mismo impacto positivo debido a trabajos que no se compensaban con una menor cantidad de horas, lo que generaba un mayor estrés en los trabajadores.
La Licenciada en Psicología Laboral enfatizó que implementar la reducción de la jornada laboral no es simplemente reducir las horas de trabajo, sino que requiere un cambio cultural tanto dentro de las empresas como entre los trabajadores. Además, destacó la importancia de considerar las condiciones laborales en este proceso.
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