Cocina

Pedro, el caburecero: tradición y calidad

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En el pintoresco barrio de Santa Rita, el aroma irresistible del caburé atrae a locales y visitantes por igual. Detrás de este manjar se encuentra Pedro, un verdadero maestro en la preparación de esta delicia culinaria que conquistó a los posadeños durante más de ocho años.

Pedro, el caburecero: tradición y calidad

Desde su modesto puesto en la Plaza 9 de Julio, Pedro contó a Misionescuatro cómo se mantiene firme en el negocio a pesar de los desafíos que enfrenta. “A la mañana estuvo tranquila la venta porque poca gente transitó”, comenta, reflejando la realidad de un día de asueto.

Sin embargo, reveló que los domingos son su día de gloria, gracias a la feria de Santa Rita, donde su puesto se convierte en punto de encuentro obligado para los amantes del caburé. “Es un lugar concurrido y tengo una clientela bastante grande”, dice con orgullo, evidenciando el aprecio que sus clientes tienen por su producto.

Con habilidad y destreza, Pedro prepara hasta 300 caburés en un día, cautivando paladares con su sabor inconfundible. “Haciendo una buena masa con buenos productos. Uso margarina y entre marcas hay diferencia. Se nota el sabor”, explica, revelando el secreto de su éxito: la calidad como bandera.

Pero no todo es fácil en el mundo del caburé. Pedro enfrenta el desafío de los constantes aumentos en los costos de los insumos. “Se sintió la suba del huevo y el queso. El almidón subió el año pasado una barbaridad hasta 20 mil pesos”, lamenta, consciente de la necesidad de ajustar sus precios para mantener su negocio rentable.

A pesar de las adversidades, Pedro encuentra en su negocio una forma de subsistencia. “Me sirve para vivir. No para otra cosa”, confiesa con humildad, demostrando su compromiso y dedicación a su oficio. Aunque sueña con mejorar sus ventas durante la semana, su pasión por el caburé y la satisfacción de sus clientes son su mayor recompensa.

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