Hay varios tipos de azúcar: morena, demerara, coco, edulcorante. Pero ahora han creado una nueva opción: azúcar magro (o light). La novedad promete mantener el dulzor propio de los refinados, pero sin tantas calorías.
¿Qué es el azúcar magro?
Es un producto que mezcla azúcar tradicional (refinada) con edulcorantes. Se vende en los supermercados y marcas famosas están produciendo este tipo de producto
Puede ser consumido por casi todo el mundo, a excepción de los diabéticos, porque contiene azúcar. En el caso de las mujeres embarazadas y en período de lactancia (que siempre deben consultar a un médico antes de consumir cualquier producto “diferente”).
La gran diferencia con el azúcar tradicional, es que es menos calórico, puede ayudar en la dieta o en una dieta más equilibrada.
La composición del azúcar magro
Se compone de azúcar refinada (sacarosa) y edulcorante (sacarina), en dosis proporcionalmente iguales.
La inclusión de la versión tradicional hace que este tipo de azúcar sea más apetecible que los edulcorantes comunes.
También llamada azúcar light, esta versión funciona bien en recetas, a diferencia de los edulcorantes, que no resisten bien las altas temperaturas.
Los beneficios
El azúcar magro tiene menos calorías, ya que se produce con solo una parte de la azúcar refinada. Además, tiene la capacidad de endulzar mejor que la refinada, lo que la hace más duradera también.
Debido a que permanece estable a altas temperaturas, se puede utilizar en recetas como pasteles, panes y dulces. Además, no contiene gluten.
Comparación de azúcar magro y refinada en términos de calorías
El azúcar magro es mucho menos calórico que el azúcar refinada, alcanzando un 80% menos de calorías. También puede resultar ventajosa para quienes no les guste el sabor artificial del edulcorante.
Contraindicaciones
Cabe recordar que, si la idea es adelgazar o reducir el azúcar, no tiene sentido seguir llenando el café con azúcar, aunque sea liviano.
En cualquier intercambio de alimentos -como en el caso de adoptar bajo contenido de azúcar- es importante consultar a un médico, o nutricionista, especialmente en casos de pérdida de peso, mujeres embarazadas y lactantes o que tengan alguna comorbilidad.
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