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Si sos de los que prefiere libros en papel, es por tu cerebro

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Hay una razón por la que los libros en formato tradicional es más atractivo para el lector.

Si sos de los que prefiere libros en papel, es por tu cerebro

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Hay una razón por la que los libros en formato tradicional es más atractivo para el lector.[/vc_column_text][vc_single_image image=”92154″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Gracias a la tecnología todo está a un clic, pero pese a eso el libro en formato papel no deja de ser el favorito del público en general. Ese olor a nuevo, el sentir como pesan tus manos o no estar pendiente de la batería para poder disfrutar de uno de tus hobbies es algo impagable para los amantes de la lectura.

Antes de la década de los noventa, la mayoría de los estudios concluían que las personas leen de forma más lenta, menos precisa y menos exhaustiva en las pantallas que en el papel. No obstante, las investigaciones de esa época en adelante obtuvieron resultados más inconsistentes, dado que una ligera mayoría revalidó las afirmaciones anteriores, pero casi el mismo número encontró pocas diferencias.

La evidencia científica sostiene que el soporte digital no logra recrear adecuadamente ciertas experiencias táctiles de lectura en papel. En comparación con el formato tradicional, las pantallas pueden agotar más de nuestros recursos mentales mientras leemos y hacen que sea un poco más difícil recordar el contenido.

Esto puede deberse a que las personas no nacen con circuitos cerebrales dedicados a la lectura dado que la escritura se inventó hace relativamente poco tiempo en la evolución del ser humano. En la niñez, el cerebro improvisa nuevos circuitos para leer y para ello usa parte de los otros dedicados al habla, el movimiento y la visión.

Los circuitos de lectura de los niños de cinco años muestran actividad cuando practican la escritura a mano pero no cuando se escriben las letras en un teclado. “Existe una fisicalidad en la lectura“, sostiene la psicóloga del desarrollo y científica cognitiva Maryanne Wolf de la Universidad de Tufts.

El cerebro además puede percibir un texto en su totalidad como una especie de paisaje, mapa o plano. Cuando leemos, construimos una representación mental del texto en el que el significado está anclado a la estructura. A muchos os pasó que al tratar de encontrar una parte de un texto en particular solemos recordar en qué parte del texto apareció.[/vc_column_text][vc_single_image image=”60874″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Pasar las páginas de un libro de papel es como dejar huellas a nuestro “paso”, seguimos un ritmo y un registro visible del trayecto. Todas estas características no solo hacen que el texto de un libro en papel sea fácilmente navegable, sino que también colaboran el formar un mapa mental coherente del texto. Saber dónde está el principio y el fin y en qué punto del camino estamos nos ayuda.

Por más que el formato electrónico numere las páginas y hasta tenga incorporado un ruido de una hoja de papel en movimiento no consigue imitar la misma sensación que genera un libro físico.

Finalmente, por estas preferencias y porque alejarse de las pantallas mejora la concentración en una mayoría de los casos, las personas aseguran que cuando realmente quieren sumergirse en un texto, lo leen en papel, ya sean apuntes, reportes o informes.

Así que no es que sos viejo, sino que tu cerebro está diagramado para que ames el papel más que el soporte online.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]


TN / vm.

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