Este sábado, dos cohetes de tipo Katiusha cayeron en una base aérea que aloja tropas estadounidenses en Balad, a unos 80 kilómetros al norte de Bagdad, la capital de Irak. En tanto, otros dos proyectiles similares estallaron cerca de la embajada de los Estados Unidos, en la denominada Zona Verde de la capital.
Los dos ataques se produjeron casi de forma simultánea y no se reportaron “pérdidas humanas”, según señaló la Célula de Información de Seguridad del gobierno iraquí.
Tras las detonaciones, sonaron las sirenas de emergencia y drones estadounidenses sobrevolaron la instalación militar para proteger el área.
Según precisó un oficial citado por la agencia EFE, los cohetes cayeron en la parte meridional de la base y golpearon almacenes de armas del Ejército iraquí sin causar víctimas pero sí daños materiales limitados.
Desde finales de octubre, hubo un total de 13 ataques de misiles contra intereses estadounidenses en Irak, de los cuales uno de ellos mató el pasado 27 de diciembre a un contratista estadounidense presente en una base militar en Kirkuk, una zona petrolífera ubicada en el centro del país.