El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, aseguró que la cocaína adulterada que provocó la muerte de 24 personas en el Conurbano bonaerense, tenía rastros de piperidina, un precursor del fentanilo.
El resultado se obtuvo mediante un examen realizado en un instituto privado, y no a la investigación que llevan adelante las autoridades bonaerenses.
La piperidina fue encontrada en una muestra de droga envenenada obtenida por el doctor Rodrigo Salemi, quien aseguró que la sustancia es de origen asiático y está prohibida en la Argentina.
Al comparar una pequeña porción de droga adulterada con el fentanilo a través de diversos procesos científicos, concluyeron que la muestra contenía piperidina.
“Lo que se encontró es un precursor del fentanilo. Pero no es el fentanilo comercial que nosotros conocemos. Este es un fentanilo de muy baja calidad”, afirmó el médico en declaraciones radiales.
Pese a que aún se esperan resultados oficiales de la pericia que realiza la Procuración, Berni avaló la investigación privada encabezada por Salemi y ratificó la presencia de piperidina en las dosis de droga adulterada.
En tanto, altas fuentes en la Procuración bonaerense niegan que la piperidina haya sido encontrada en el estudio oficial con las muestras incautadas en Puerta 8 y los análisis de sangre y orina a las víctimas. Es decir, el testeo por la sustancia, que fue buscada, dio negativo en el análisis de la Justicia.
Acerca de la droga
De acuerdo con investigaciones, la piperidina se utiliza para fabricar fentanilo, uno de los más potentes opioides. La sustancia es de origen asiático y está prohibida en la Argentina.
Es 100 veces más poderoso que la morfina y una dosis indefinida puede provocar una sobredosis mortal, como ocurrió a mediados de 2020 en los Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y Australia.
Salió al mercado en 1963 como un anestésico intravenoso, pero debieron pasar generaciones para que su consumo se extendiera.
Es que la pastilla sintética hecha en cuevas ilegales desparramadas por toda China no llega acompañada de un sello de calidad. Con que solo una tableta tenga una composición defectuosa, el consumidor puede sufrir convulsiones que pondrían en riesgo su vida.