Opinión

Llueve sobre mojado: el relato hace agua en Posadas

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Nota de opinión del periodista Eduardo Pérez para MisionesCuatro

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Llueve sobre mojado: el relato hace agua en Posadas

El crecimiento de la capital provincial en los últimos años es evidente. Más costanera, más comercio, más turismo, más eventos, más barrios y también más población.

Hay muchas obras a la vista. Pero todo quedó ahí, las obras que no se ven, es porque efectivamente no están.

Posadas carece llamativamente de infraestructura básica. De las más necesarias. Y solo hace falta una buena lluvia para demostrarlo, todo colapsa.

Las gestiones municipales fueron variadas, algunas más presentables que otras, pero sin dudas, ninguna se ocupó de preparar la ciudad para atender el crecimiento que existe.

Los problemas de infraestructura, están ahí. En barrios carenciados donde nunca pasó una maquina niveladora y también en zonas más urbanizadas.

Lo insólito es que aún en los barrios más “nuevos” se nota el ahorro de recursos para la ejecución de la infraestructura. Las obras mal ejecutadas y mal planificadas abundan.

Es insólito, donde se pago y en teoría se proyecto profesionalmente, se hizo mal. Al parecer solo importa lograr la certificación.

Lo peor es que con el paso del tiempo tampoco se fueron solucionando, ni los unos, ni los otros.

Por el contrario los problemas de inundaciones son cada vez más dramáticos y evidentes. Y consecuentemente, la bronca de los vecinos es cada vez más incontenible.

El relato de la ciudad hermosa se quedó ahí. Hace agua por todos lados, los vecinos naufragan en la impotencia cotidiana y sufren cada vez que caen más de dos gotas.

Sin embargo, a ningún funcionario parece preocuparle demasiado, total “el agua corre y se escurre rápido”.

Nadie se hace cargo, es responsabilidad de la Municipalidad, del Iprodha, de Vialidad, y de tantos otros organismos y especialmente de sus funcionarios, que solo cuando hay que pedir el voto parece que trabajan.

Lamentablemente, otra vez, será tarea de los vecinos, exigir soluciones a los responsables. Pero más que nada, terminar con los promeseros que se sirven hace años del Estado.

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