“Ne crie en este barrio y prefiero el caminito y arroyito que tenía antes. Ahora es un peligro”, lamentó Cáceres. Según sus declaraciones, las condiciones de las calles empeoraron con el paso del tiempo y las autoridades no brinda la atención necesaria para solucionar el problema.

Clara recordó que las calles fueron reparadas hace aproximadamente cinco años, pero desde entonces, no se realizó ningún mantenimiento adicional. Como resultado, “las piedras bajan y tapan las bocas de tormentas”, lo que agrava la situación durante los días de lluvia.

“Los días de lluvia esto es un arroyo, todo tapado y con una fuerte caída de agua por la bajada”, describió la vecina, destacando cómo la falta de mantenimiento adecuado lleva a situaciones peligrosas que afectan a los residentes del barrio.

Cáceres también compartió su experiencia en reuniones con las autoridades, donde pudo plantear sus preocupaciones y solicitado una solución para el estado de las calles. Sin embargo, hasta el momento, sus peticiones parecen haber sido ignoradas. “Me dijeron que el presupuesto era mucho y que para el 2022 esto iba a salir, pero se olvidaron de nosotros”, expresó.

La situación es especialmente preocupante para los residentes mayores, como Clara, quien compartió cómo la falta de mantenimiento y limpieza en las calles afecta a su bienestar emocional y físico. “Soy una persona mayor, casi me infarto porque me pongo mal”, confesó.

La vecina subrayó la falta de atención por parte de las autoridades, no solo en el estado de las calles sino también en la limpieza de la zona. “La calle nada, de la limpieza nadie se preocupa”, agregó, destacando que el barrio está ubicado a solo una cuadra de la avenida Llamosas, sobre Costanera, lo que debería garantizar un mejor mantenimiento.