“La demanda es alta. Muchos autos están para chapa y pintura. Tengo un equipo de sacabollero y estamos salvando autos que son insalvables”, expresó Paniagua, señalando la magnitud de los daños sufridos por los vehículos a raíz de un granizo devastador.

Paniagua destacó que la demanda es especialmente elevada en el área de sacabollos, aunque también hay una necesidad significativa de servicios de chapa y pintura. El propietario del taller anticipó que el trabajo continuará hasta julio del próximo año, evidenciando la extensión de los daños causados por el granizo.

“Traigo personas de Buenos Aires, Córdoba y Brasil. Estamos trabajando hace 40 días de corrido”, compartió Paniagua, resaltando la dedicación y la movilización de recursos para hacer frente a la crisis automotriz.

El granizo, descrito como “un granizo macizo que no se rompía en el piso y tenía puntas”, resultó en la destrucción del 40% del parque automotor de Posadas, según Paniagua. Además de la demanda por servicios de chapa y pintura, se ha generado un considerable volumen de trabajo relacionado con vidrios y parabrisas.

Paniagua también señaló el impacto en las estimaciones de costos, indicando que los seguros son conscientes de que los presupuestos realizados en diciembre podrían variar en febrero o marzo.

“Voy a llegar a las 1500 órdenes. Todo depende del daño”, afirmó Paniagua, subrayando la diversidad de trabajos necesarios para restaurar los vehículos afectados. Detalles como un simple golpe en una puerta podrían traducirse en un presupuesto de 120 mil pesos, mientras que los daños causados por el granizo se evalúan en diferentes niveles de gravedad y densidad.