“El paro afecta mucho porque trabajamos con el movimiento de colectivos, sino no tenemos ventas”, expresó Jorge con evidente preocupación. Su puesto de venta de chipas tuvo que ser desplazado en busca de mejores oportunidades, pero la falta de clientes continúa siendo un desafío constante.

Para muchos vendedores ambulantes como Jorge, su sustento diario depende del flujo de pasajeros que utilizan los colectivos para desplazarse por la ciudad. “Hay que darle igual, porque sino no llevas la moneda a la casa”, agregó, resaltando la importancia de mantener su negocio en funcionamiento para poder sostener a su familia.

La venta de chipas es su principal fuente de ingresos, pero durante el paro de colectivos, Jorge experimentó una drástica disminución en sus ventas. “Es muy poca la venta, el paro afecta mucho porque no se vende”, lamentó. Incluso en un día normal, Jorge suele vender alrededor de 70 unidades de chipas comunes a un precio de 250 pesos cada una, además de unas 10 unidades de las rellenas. Sin embargo, en este día afectado por el paro, apenas logró vender menos de 20 unidades hasta el momento.