“Somos los que sufrimos la entrada de agua, gajos caídos y algunos techos que habrán volado porque son de cartón”, comentó.

Peralta señaló que, junto con los problemas derivados de la tormenta, en el barrio también enfrentan desafíos persistentes, como la necesidad de un puente y la preocupación por el brote de dengue. “Tenemos un nido grande, con pastos altos”, añadió.

El pedido de la comunidad para cortar el pasto no recibió respuestas, según Peralta, quien también compartió la situación precaria con respecto al transporte en el barrio. “Si llamas a un UBER o remis no entra hasta acá, te bajan en la avenida”, explicó, destacando la falta de acceso y la ausencia de transporte público desde hace dos meses.

La falta de respuesta a la solicitud de empedrado y las condiciones peligrosas de las calles fueron otros temas señalados por Peralta. “Es peligroso porque son calles donde cobran peaje o manguean a las personas”, dijo.

Finalmente, Peralta mencionó la presencia de una familia conflictiva en el barrio que ha generado problemas de seguridad. “Hay una familia conflictiva que vino al barrio y no tienen vergüenza de robar”, concluyó.