POSADAS. De acuerdo con numerosas denuncias de usuarios del transporte urbano de pasajeros de Posadas, Garupá y Candelaria, desde el sábado pasado no se está pudiendo cargar saldo en las tarjetas SUBE Misionero que maneja la empresa Servicios Urbanos SA, una firma que pertenece al Grupo Zbikoski, el propietario del 95% de las líneas de colectivos en el Gran Posadas.

Frente a esta situación, en el local de SUSA en el Shopping de Posadas, los empleados de la empresa subsidiaria del Grupo Z, ofrecen a los usuarios pagar los boletos con efectivo –es decir, pagar un 40% más- o bajarse la aplicación de celulares Subi, que utiliza un código QR para cobrar el pasaje y obliga al usuario a disponer de un teléfono celular con conectividad y crédito.

No existe ninguna explicación oficial por parte de Servicio Urbanos sobre el supuesto “inconveniente” con el servicio de internet que estarían teniendo y que únicamente afecta a la carga de las SUBE Misionero y no al chequeo del saldo o a las cargas a través de la app Subi.

Tampoco se imprimen nuevas tarjetas SUBE Misionero

Sin embargo, varios usuarios sospechan que Servicios Urbanos SA y sus propietarios, el Grupo Zbikoski, quieren empujar a los usuarios a adoptar el sistema Subi para ir eliminando el sistema de las tarjetas, que ya tiene 10 años en Posadas. Así pues, una de las damnificadas, la presidente del barrio Las Lomas, acusó a la empresa Servicios Urbanos de empujar a los usuarios a adoptar un sistema que es más complejo porque obliga a las personas a tener un celular apto y con conectividad.

Este episodio se suma a otro, también sospechoso: la no impresión de nuevas tarjetas SUBE Misionero. Según la empresa, no estarían ingresando los insumos para fabricar estas tarjetas, algo que convenientemente para la empresa, apunta a desalentar el uso de las tarjetas de boleto prepago.

El problema del costo de las máquinas de carga de las tarjetas SUBE

En el trasfondo del conflicto originado por el supuesto “inconveniente” con internet y la alegada “carencia” de insumos para fabricar nuevas tarjetas SUBE Misiones, está el costo de las máquinas de recarga de ese sistema. Según concejales de Posadas, esas máquinas cuestan unos 2500 dólares (cerca de un millón de pesos a cambio no oficial actual) Por tal motivo, la empresa no está adquiriendo nuevas máquinas para ampliar la cantidad de puntos de recarga, una histórica demanda de los usuarios.

Ahora, para abaratar costos de la empresa propiedad del Grupo Z –que tiene la explotación del 96% de las líneas de colectivos del Gran Posadas-, estaría empujando a los usuarios a pasarse a la app Subi. Y ese sistema implica que los usuarios deben marcar dos veces cada vez que viajan en ómnibus, porque en caso contrario, terminan pagando el doble de lo que cuesta el pasaje actual: al marcar con el código QR, la empresa cobra $100 y al volver a pasar por el lector QR, al bajar del ómnibus, se devuelven $50 al usuario. Si el lector falla al bajar, el usuario paga el doble del costo legal del pasaje.

En medio de este conflicto que puede agravarse aún más, las autoridades de los municipios de Posadas, Garupá y Candelaria, mantienen un “silenzio stampa”. Al igual que la empresa SUSA, que pertenece al Grupo Z, que, a su vez, es uno de los principales aportantes a las campañas políticas de los candidatos de la Renovación.

La eterna espera de la SUBE Nacional, que el Grupo Z y el gobierno no adoptan

Vale recordar que las tarjetas SUBE Misionero, se impusieron en el Gran Posadas luego de años de reclamos de los usuarios que exigían que la principal metrópoli de la provincia adopte el sistema SUBE nacional, que conlleva numerosos beneficios y descuentos que llegan directamente a los usuarios.

En Posadas, Garupá y Candelaria, el Grupo Z impuso el sistema SUBE Misionero, a través del cual, los usuarios no reciben beneficios de Nación. Y, al mismo tiempo, las tarjetas “misioneras” son manejadas por una empresa del Grupo cuasi-monopólico. Lo que significa que es el propio consorcio de Don Casimiro y Tipoka, el que maneja los datos de la cantidad de kilómetros recorridos por pasajeros transportados, una ecuación clave para determinar el costo de los boletos de colectivos.