Las Ferias Francas de Posadas celebran su aniversario número 25. La misma surgió en el año 1998 como una alternativa al productor misionero. La primera en feria que se instaló en la ciudad fue en el barrio de Villa Cabello. Actualmente, en todo el territorio provincial, hay más de 100 ferias francas.

Desde verduras hasta yuyos medicinales

El móvil de MisionesCuatro se hizo presente este miércoles en la plaza San Martín y dialogó con algunos feriantes que hace más de una década se dedican a comercializar sus productos, traídos directamente de la chacra.

En el caso de Ramona Lezcano, hace 20 años que está presente en la feria: “primero plantamos verdura, después vimos que la verdura no funcionaba mucho, entonces mi marido me dijo ¿qué tal si tanteamos con los yuyos? Empezamos a probar y nos fue bien porque muchas cosas buscamos los campos, los montes, planto y también compro de otros productores para revender”, comentó Ramona al móvil de MisionesCuatro.

Además, contó que venden los yuyos “solos y combiandos”: “los combinamos y a veces también solo, por ejemplo, combinamos para la gripe, ponemos cola de caballo, ambaí. después para los triglicéridos, para el colesterol, también ponemos variados”, relató la vendedora y dijo que la mayoría de los compradores llevan las hierbas para el mate.

Por su parte, Karina Medina productora de Gobernador Roca declaró: “tratamos de producir un poquito de todo, que es surtir la mesa de las ferias. La gente busca una mesa surtida, mandioca, choclo, mandarina, naranja, quinoto, limón”. 

Además, señaló que la sequía afectó mucho a la producción: “llega una época en que no podés producir porque no agua”.

Por último, dijo que con las ventas les alcanza para vivir: “se trae todo lo que se produce y se vende”, comentó.

También habló Gladis Scherr, quien reside en la localidad de Santa Ana y se dedica a la producción y venta de porotos y harina de maíz. Contó que hace 20 años tiene su puesto en la feria, desde que llegó de Buenos Aires.

En primer lugar, dijo que la sequía “afectó muchísimo” a la producción: “siempre traigo lo que es productos verdes, fresquitos, como en este caso poroto colorado o manteca. Había traído poroto arveja, o sea la arveja verde y no cocinó. Le afectó la sequía, recién cosechado, que es algo que tiene que tener cinco a diez minutos de cocción y desarmarse y no se cocinaba la arveja. Es producto de la falta de agua”, relató la feriante.

Con respecto a las ventas y el impacto que tuvo señaló: “se trataba de luchar tanto en lo social con los clientes que por ahí están acostumbrados a que uno le traiga el producto y que le cumpla, tratar de entender que porque uno no le podía cumplir o que si igualmente quería llevarlo iba a tardar más la cocción de lo que era normal”.

“Eso es una lucha, primero, con los clientes y, segundo, tratar de que un producto reemplace otro. O sea, no tenía San Francisco porque es un poroto especial que se cultiva dos o tres veces en el año, no produjo y, sacarle el poroto negro más que el San Francisco y tratar de lucharla junto con eso”.

Además, dijo que de la producción no puede vivir una familia y debe haber otro ingreso: “tiene que haber otro ingreso sí o sí, porque los costos en la chacra tanto de un trabajador como de semillas e insumos es muy elevado. Si una familia tipo, que somos nosotros cinco en este caso, si mis padres, yo y mis hijos trabajamos en conjunto, remuneradamente te da lo justo y lo necesario. Si queremos comprar demás ya no nos alcanza. Entonces así tiene que haber otro ingreso”, concluyó la productora.