“En la zona estamos complicados”, expresó, destacando que tanto su hija como su marido han contraído la enfermedad. Además, señaló que varios vecinos del lugar también se vieron afectados, abarcando a personas de diferentes edades, desde niños hasta personas mayores.
Aunque la municipalidad llevó a cabo actividades de descacharrización, Ferreira señaló comprensión hacia las limitaciones de los esfuerzos municipales, expresando: “Entendemos que no dan abasto”.
“El mosquito no es de limpieza, viene y está entre nosotros, y debemos cuidarnos a mil”, agregó Ferreira, resaltando la necesidad de que la comunidad se proteja activamente utilizando repelentes y otras medidas preventivas.
Ferreira mencionó los desafíos económicos asociados con la compra de repelentes, subrayando que “el repelente está carísimo y gastamos un montón de plata”. Esta situación pone de relieve las dificultades financieras que enfrentan los residentes para protegerse adecuadamente contra el dengue.
“En el barrio la situación es difícil”, concluyó Ferreira, instando a la comunidad a colaborar y tomar medidas adicionales para prevenir la propagación del dengue.