Con una perspectiva histórica, Kimisch describió una situación que ha estado deteriorándose durante más de una década. “Haciendo un poquito de historia, esto viene de años. No es de ahora”, compartió. “El abandono de la colonia de Montecarlo viene de por lo menos 10 años”.

Lamentablemente, el mantenimiento de los caminos rurales es descuidado y las soluciones hasta ahora fueron insuficientes. “Es una situación crítica”, enfatizó. Aunque se había declarado anteriormente la emergencia vial con promesas de mejoras, el progreso fue lento y decepcionante. “En todos esos meses solo se hizo la mitad, con formas poco eficientes y calidad”, lamentó.

La situación se agrava con cada lluvia, erosionando los caminos y dificultando el transporte de productos agrícolas. “El vuelco de camiones se ve mucho”, agregó Kimisch. “En la zafra yerbatera complica la producción y los privados tratamos de parchar lo que podemos para seguir produciendo”.

A pesar de los esfuerzos de la comunidad, incluidas presentaciones en diversas instituciones y protestas como el tractorazo del año 2023, las soluciones del sector privado no recibieron respuestas adecuadas por parte de las autoridades municipales y provinciales.

Kimisch subrayó que toda la comunidad productiva de Montecarlo se ve afectada por esta crisis vial, desde la producción primaria hasta la industria final. “Es una cadena productiva que se para, por falta de infraestructura de caminos”, explicó.

Por último, hizo hincapié en la importancia de que las tasas municipales pagadas por los ciudadanos se traduzcan en servicios y mejoras tangibles. “Pagamos las tasas municipales inmobiliarias más altas de la provincia”, señaló. “Deben tener una contraprestación de servicios a la comunidad”.