Maestros misioneros: “Cobramos un sueldo miserable”
Las palabras de los docentes reflejan la dura realidad que enfrentan a diario. Belen Dos Santos reveló que su salario mensual de 245 mil pesos se ve considerablemente mermado por los costos de una vivienda del Iprodha, así como por servicios básicos que superan los 80 mil pesos. “Tengo que elegir entre pagar las cuentas o alimentar a mis hijos”, lamentó.
La extenuante jornada laboral también fue objeto de crítica por parte de los maestros. Muchos de ellos cumplen con dos turnos, saliendo de sus hogares a las 6 de la mañana y regresando pasadas las 7 de la tarde. Además de impartir clases, asumen roles adicionales como profesores de educación especial y, en algunos casos, como personal de limpieza en las escuelas.
La escuela Nº59 fue citada como ejemplo de las condiciones precarias en las que se desenvuelven los maestros y los estudiantes. Con una matrícula que supera los mil alumnos, el establecimiento cuenta únicamente con un portero por turno, lo que obliga a los docentes a realizar tareas de limpieza diaria en los grados para garantizar un ambiente adecuado de aprendizaje.