“En agosto voy a cumplir 19 años viviendo en la región y siempre peleamos por la ruta”, afirmó Schroepfer, subrayando la larga historia de preocupación y esfuerzo de los residentes para mejorar la ruta 2.

“Años anteriores era mucho peor. Desde hace dos años la gente decidió hacer reuniones con personal de vialidad, intendentes y concejales para buscar una solución”, comentó el vecino, destacando los esfuerzos recientes de la comunidad para buscar una resolución al problema.

“La más viable es el asfaltado de 17 kilómetros hasta Colonia La Flor”, propuso Schroepfer, sugiriendo una posible solución al estado de la ruta.

El vecino enfatizó que la zona es de “mucha producción”, con un aumento significativo en la producción de yerba, maíz y soja en los últimos años, lo que llevó a un mayor tránsito de camiones por la ruta con un tramo terrado.

“Los camiones entran y salen y llueva o no deben utilizar la ruta”, explicó Schroepfer, destacando que la carretera es crucial para el transporte de productos agrícolas y cómo esto afecta el flujo de trabajo de la comunidad.

Schroepfer se mostró preocupado y perplejo por la “denuncia hacia mí” presentada por el intendente Sobocinski. “Soy un vecino de acá que necesito vivir acá y no sé por qué la denuncia está a mi nombre”, expresó, sintiendo que la denuncia es injusta y desproporcionada. “Yo quiero un camino bueno”, subrayó el vecino, dejando claro su deseo y el de la comunidad de tener una ruta en condiciones adecuadas.

“Es injusto que el intendente ponga preso a un vecino que solo quiere una ruta”, lamentó.

Schroepfer describió las dificultades que enfrentan durante la época de cosecha de yerba: “Se debe hacer con lluvia o no. Si no le ponen tosca al camino, el camión debe ser estirado con máquinas, camionetas u otra maquinaria de los vecinos porque rompen el camino.”

Tras el corte de ruta, Schroepfer contó que “trajeron dos motoniveladoras y un compactador para limpiar alcantarillas y el camino”, pero lamentablemente, sin el asfaltado adecuado, estas medidas temporales no resuelven el problema a largo plazo.

“Los vecinos se quedaron ahí hasta que Vialidad mande una retroexcavadora grande y un camión con tosca”, comentó Schroepfer, refiriéndose a la necesidad de una solución efectiva y permanente para el problema de la ruta.

Schroepfer también abordó la cuestión financiera relacionada con el proyecto de asfaltado: “Hablan de un monto de plata muy elevado para hacer la ruta”, pero los vecinos consideran que vale la pena para mejorar la infraestructura de la zona.

Los vecinos están descontentos con el enfoque actual de las autoridades hacia otros proyectos en lugar de abordar el problema de la ruta 2. “El puente de Pepirí salió de uno. La cancha del Moconá van a hacer. Las redes del Moconá van a hacer de una”, cuestionó Schroepper, expresando su descontento con las prioridades actuales.