POSADAS. El domingo por la mañana una brutal balacera en el barrio A3-2 terminó con la vida de Casimiro Sotelo de 41 años, además hubo personas heridas que fueron derivadas e internadas en el hospital Madariaga.  Posteriormente, la policía halló un auto abandonado en el puente del arroyo Zaimán, sobre el acceso sur de la ciudad.

Los investigadores detuvieron a tres presuntos implicados de 25, 26 y 27 años, incautaron un revolver calibre 22 y unas 20 vainas servidas de proyectiles frente a un domicilio del populoso barrio. En la siesta del domingo, la policía allanó dos casas en el barrio A-4 y dos camionetas Hilux fueron peritadas por la Policía Científica.

Finalmente, el martes se entregó Uno de los dos presuntos implicados y quedó a disposición de la Justicia. Se trata de Elio “El Garrafero” C. (28), quien permanecían en condición de prófugo hasta este martes.

Pero la familia Sotelo, señalada por testigos y vecinos como una “familia conflictiva” del barrio A3-2, apunta a otro joven como protagonista del homicidio. Se trata de Diego Tabarez, quien habría tenido algunos “desencuentros” con los Sotelo e incluso habría vendido la casa que fue baleada y apedreada.

“Nos están difamando”, manifestó Sergio Tabarez al ser consultado sobre la participación de su hijo en el crimen ocurrido durante la mañana del domingo. “Nosotros no participamos, no tenemos nada que ver”, aseguró.

Sobre Casimiro, Sergio comentó que “era buena gente, incluso nos ofreció ayuda cuando ellos (familia Sotelo) rompieron nuestra casa. Fue el único que dio la cara de los Sotelo, los otros fueron y nos metieron tiros, tuvimos que vender la casa para no tener problemas”.

En relación a los hechos ocurridos el fin de semana, Tabarez manifestó que estaban todos en sus casas, incluso su hijo. “Estoy dando la cara para que vean que no tenemos nada que ver”, comentó y agregó que él y su familia está “a disposición de la justicia porque somos inocentes”.