POSADAS. Cristina Martínez fue víctima de violencia de género, esta situación la acercó a la Subsecretaría de la Mujer y la Familia, que conduce la renovadora Giselle Dobidenko, estuvo alojada tres meses en un refugio para sobrevivientes de violencia hasta que la dejaron en la calle.

“Ya no era víctima según ellos para ser refugiada”, contó Cristina en Misiones Cuatro. “Todos sabían que yo no tenía dónde ir”, aseguró. Cuando la desesperación se apoderó de ella, la funcionaria le prometió un corte de casa para que pudiera comenzar de cero junto a sus hijos pequeños, pero esto nunca sucedió.

Lara Malvinas, Promotora del Progen, que trabajaba en ese refugio, fue quien decidió asistirla pese a no ser su obligación o deber. “No tiene que ver con ser buena o mala persona, es el compromiso con la causa”, señaló Malvinas.

Hace 11 meses que Cristina vive en la casa de Lara, pese a las promesas de Dobidenko.

“Este no es el único caso, hay más. No es la única mujer que está en extrema vulnerabilidad, abandonada por el Estado. Le reclamamos a ella (Dobidenko) porque es la funcionaria que tiene que asistir en estos casos”, manifestó.

Trata laboral

Al margen de la falta de asistencia a una víctima de violencia de género, se suman nuevas irregularidades con las trabajadoras que dependen de la Subsecretaría de la Mujer y la Familia. En este caso, Malvinas contó su experiencia con Dobidenko. Persecución laboral, falta de pago y maltrato.

Malvinas también contó que fue designada por Dobidenko como Coordinadora Provincial de las Promotoras de Género, sin embargo, este puesto laboral terminó siendo otro caso de explotación y precarización laboral.

“No cobré yo, ni las promotoras”, reveló. También, le había propuesto sumar a Cristina como promotora del Progen, pero ahora la desconoce.