“Nos mantenemos con un caudal de llamadas constante”, revela, destacando la persistencia de la problemática en la sociedad actual. “Es cotidiano escuchar varias llamadas con situaciones de violencia, tanto de emergencias como de asesoramiento para saber qué hacer y dónde recurrir”.

Según la psicóloga, las estadísticas reflejan que las mujeres y los niños, niñas y adolescentes son los más afectados por la violencia. “Recibimos bastantes llamados de escuelas y vecinos, quienes también son clave en la detección y apoyo a las víctimas”, añade.

Domínguez subraya el rol de orientación que cumplen desde la línea 137, explicando que aunque ofrecen consejos y apoyo emocional, no tienen la facultad de tomar decisiones respecto a las medidas legales. “No somos un organismo que decide qué medidas tomar para asistir a la víctima, pero podemos guiarlas hacia las instituciones pertinentes”, aclara.