Los acontecimientos de los últimos días en el INYM y la intención del Gobierno Nacional de derogación de esta ley y también hacer cambios en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), creado en 2002 en respuesta a las protestas de los productores; revela una serie de problemáticas que ponen de manifiesto el desconocimiento y la falta de pericia de la Renovación en cuestiones productivas y específicamente en el ámbito de la yerba mate.

Todo comienza cuando, bajo el amparo de la Renovación, el otrora líder de la lucha de productores del interior de Misiones, Julio Petterson -devenido en Diputado provincial de ese partido y recientemente nombrado Subsecretario de Asuntos Yerbateros-, junto a su hermano Jonás Petterson -apuntado recientemente por maniobras “para quedarse” en la presidencia del INYM-, inauguraron en Andresito, ciudad natal de los hermanos,  lo que los medios oficialistas denominaron como “el molino de yerba mate más grande de Argentina”.

Se trata del Molino Cooperativo, una obra que permitiría a pequeños productores envasar yerba mate “mejorando” la rentabilidad de la cadena productiva en Misiones.

Finalmente, el molino más grande del país, terminó por dividir las aguas entre los productores y los Petterson, quienes actualmente son duramente cuestionados por “manejos pocos claros” denunciados por los autoconvocados. 

Reformas en la Ley del INYM

Uno de los cambios más destacados se refiere al artículo 3°, que redefine los objetivos del INYM. El nuevo texto se centra en “promover y fortalecer” el desarrollo de la producción, elaboración, industrialización, comercialización y consumo de la yerba mate y sus derivados, con un énfasis específico en proteger la competitividad de la industria. Esta revisión, simplifica la misión del INYM, permitiéndole priorizar la eficiencia y la competitividad sin verse obstaculizado por la burocracia.

Son derogados los incisos j), n) y r) del artículo 4°, que anteriormente imponían obligaciones de registro, promoción de asociaciones y fijación de precios. Lo que redundaría en mayor flexibilidad y agilidad.

La modificación del inciso i) del artículo 4°, que ahora se centra en la recopilación de estadísticas en lugar de medidas correctivas para el equilibrio oferta-demanda, ha suscitado preguntas sobre la dirección estratégica del INYM.

El Título III, que aborda las facultades del INYM, experimenta cambios significativos con la derogación de los incisos e) y f) del artículo 5°. Estos incisos facultaban al INYM para constituir fondos específicos y administrar un mercado consignatario de materia prima de yerba mate a nivel nacional.

La introducción de una tasa de inspección y fiscalización, que varía entre $0.04 y $0.08 por kilogramo de yerba mate elaborada, es una medida que algunos ven como necesaria para financiar las operaciones del INYM.

La derogación de los artículos 22 y 24, que establecían la propiedad de los fondos del INYM y limitaban los gastos de administración al 5%, respectivamente.

Los cambios planteados por el Gobierno Nacional en la legislación N° 25.564, que delineó los objetivos del INYM, se presenta como un marco que evidencia cómo la Renovación falló en comprender las emisiones productivas y las necesidades específicas de la yerba mate.

JK