El primer gran amor de Sandro fue Julia Adela Visciani, con quien tuvo una de sus relaciones más duraderas, entre 1969 y 1982. El artista tenía intenciones de casarse con ella y en 1973, cuando él estaba en México, le envió unos documentos para consolidar formalmente la pareja. Los papeles no tenían solidez legal y pese al gran vínculo que tuvieron, el romance no prosperó.
En enero de 1982, cuando Sandro se separó de Visciani, los medios descubrieron un supuesto affaire entre el cantante y María del Pilar García (Tita Russ), la exesposa de Alberto Olmedo. “Al lado de Tita conseguí algo difícil: bajarme del escenario y empezar a ser Roberto Sánchez”, contó el artista, en una de las pocas veces que habló de su vida sentimental. La relación solo duró cinco meses.
“La tercera en discordia” entre Sandro y Russ fue la cantante María Martha Serra Lima. Según Graciela Guiñazú, autora de la biografía del Gitano, él se consideraba muy amigo de María Martha y por eso nunca reconoció una relación con ella. Serra Lima, por su parte, sostuvo que tuvieron un romance que duró ocho años y se autodenominó como “la amante secreta”.
María Elena Fresta una de las más importantes: estuvieron 20 años juntos, pero los tiempos son difíciles de definir debido a la reserva que él mantenía respecto a su intimidad. Fresta se ocupaba del cuidado de Nina, la madre de Sandro, que murió en 1992.
La última y heredera: Olga Garaventa. El romance se hizo público en 2004 y tres años después se casaron.
Tras acarrear problemas de salud a causa del cigarrillo, Sandro falleció el 4 de enero de 2010. Meses antes había recibido un doble trasplante de pulmón.