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Murió Fernando Botero, el artista colombiano más grande de todos los tiempos

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Había nacido en 1932 en Medellín. Llegó a convertirse en uno de los creadores contemporáneos más reconocibles en todo el mundo por sus esculturas de voluminosas figuras humanas. “Tuvo una vida extraordinaria y se fue en el momento indicado”, dijo Lina Botero, su hija.

Murió Fernando Botero, el artista colombiano más grande de todos los tiempos

El célebre artista colombiano Fernando Botero, conocido por sus esculturas de voluminosas figuras humanas, murió este viernes a los 91 años en su residencia del principado de Mónaco.

“Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”, escribió en su cuenta en la red social X (antes Twitter) el presidente de la república de Colombia, Gustavo Petro.

Su hija Lina Botero, en declaraciones a Caracol Radio, explicó que “llevaba cinco días bastante delicado de salud porque había desarrollado una neumonía”.

“Murió con 91 años, tuvo una vida extraordinaria y se fue en el momento indicado”, expresó su hija, y lo recordó como una persona “que dedicó su vida a su país, que fue el tema de su obra artística”.

La alcaldía de Medellín anunció siete días del luto en la capital de Antioquia para honrar la memoria del artista colombiano más grande de todos los tiempos, tal como confirmó el alcalde, Daniel Quintero.

Nacido el 19 de abril de 1932 en la ciudad de Medellín, Botero fue el creador de la corriente artística “boterismo” caracterizada por personajes voluminosos que lo hicieron reconocido en todo el mundo, en donde buscaba resaltar “la sensualidad de las formas”.

Botero vivía en el exterior pero continuaba ligado a la realidad de su país y su comunidad. En el último tiempo, había donado la escultura “La paloma de la paz” a la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano, en apoyo al proceso de paz con las FARC en 2016, una pieza de bronce de 70 centímetros de altura, que representa una paloma blanca con el pico dorado, regordeta como todas las obras del autor.

Sus figuras corpulentas le han llevado a abordar una gran variedad de temas, como reinterpretaciones de cuadros de los antiguos maestros, escenas callejeras latinoamericanas, la vida doméstica y retratos satíricos de personajes políticos. El volumen de sus personajes permitió al artista enfatizar y resaltar ciertos rasgos, aumentando su impacto.

La formación artística de Botero fue autodidacta, pese a que asistió a la Academia de San Fernando en Madrid y a la de San Marcos en Florencia. Sus primeras obras conocidas son las ilustraciones que publicó en el suplemento literario del diario El Colombiano, de su ciudad natal.

“Es importante que cada persona descubra de dónde procede el placer ante una obra de arte. Para mí, el placer nace al presenciar la exaltación del volumen y la sensualidad de las formas”, había dicho el propio artista que se declaraba admirador de Piero della Francesca, Johannes Vermeer y Diego Velázquez.

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