El evento, que tuvo su génesis el año pasado gracias a la colaboración de colegas, amigos, locutores y técnicos sonidistas, es mucho más que un simple encuentro musical. Palo describió la ocasión como un almuerzo donde los participantes disfrutarán de la camaradería, recordarán anécdotas y, por supuesto, compartirán sus mejores selecciones musicales en formato vinilo.

La entrada al evento no estará sujeta a un derecho de espectáculo, sino al acceso a los Saltos del Tabay, brindando así a los asistentes la oportunidad de disfrutar de un día completo de música en un entorno natural impresionante. Desde las 11 de la mañana, los participantes podrán sumergirse en los ritmos de las décadas de los 70, 80 y 90, reviviendo clásicos que han dejado huella en la historia musical.

La diversidad está garantizada, ya que se espera la asistencia de al menos 43 colegas, provenientes no solo de la región, sino también de lugares como Buenos Aires y Paraguay. La posibilidad de que estos expertos de la música compartan sus habilidades de manera espontánea añade un elemento de sorpresa y emoción al evento.