La Asamblea General de las Naciones Unidas instauró en 2007 el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo con el objetivo de poner de relieve la necesidad de contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas que viven dentro del Espectro Autista, y promover su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.

Es importante generar acciones que inviten a reflexionar sobre el autismo, que difundan la importancia del diagnóstico precoz y la intervención temprana, y que promuevan la educación psicosocial al respecto.

La diferencia entre las palabras trastorno y condición no implican grandes cambios de hecho, sin embargo, la estigmatización de la palabra trastorno genera sufrimiento en muchas personas que están dentro del espectro. 

Algunas de estas acciones pueden verse en la vida diaria como, por ejemplo, ese supermercado que implementaron lo que ellos llaman “La hora silenciosa”, y propone bajar la intensidad de ruidos y luces en locales comerciales durante sesenta minutos para acompañar a quienes tienen una gran sensibilidad a estos estímulos, como las personas dentro del espectro autista. Esta acción comenzó como una iniciativa privada y actualmente hay ordenanzas municipales que la promueven y ya están preparando una ley.

Un poco más cerca del arte, y pensando en los más pequeños, la literatura y la música brindan su apoyo.

La importancia de la detección temprana

Los primeros signos de la condición, dependiendo del espectro – se dan desde los 12 meses a los 3 años y son los padres y docentes quiénes detectan que el niño tiene dificultades para desarrollarse adecuadamente. 

La detección temprana de las condiciones del espectro autista puede mejorar la vida del niño y de su familia.

Una vez detectado el espectro que el niño tiene, junto al acompañamiento terapéutico de su médico, es importante comenzar con terapias que contribuyan a mejorar su calidad de vida. Las mismas se dividen en educación, actividades y terapias.

8 señales de alerta que puede dar un niño con TEA

• No mira a los ojos.
• No responde por su nombre.
• No tiene sonrisa social.
• No comparte interés.
• Balbucea.
• Presenta falta del juego simbólico
• Muestra retraso en la adquisición del lenguaje o inclusive pierde el lenguaje ya adquirido.
• Presenta reacciones inesperadas frente a estímulos sensoriales.