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Martes 13: ¿Día de mala suerte?

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Hay varias teorías que explican la causa del temor que hay a que se junten un día martes y el número 13.

Martes 13: ¿Día de mala suerte?

Hay varias teorías que explican la causa del temor que hay a que se junten un día martes y el número 13.

Para varios países de América y Europa, que se junten un día martes y el número 13 es sinónimo de mala suerte. Pero, ¿de adónde nace esa idea?

Hay diversas teorías al respecto, aunque hay algunas que cobran más fuerzas que otras.

De acuerdo a la tradición griega, el día martes tiene una carga negativa por estar relacionado con Marte, un planeta considerado maléfico, y a Ares, el dios de la guerra, la destrucción y la sangre.

Por otra parte, la causa de la mala suerte del número 13 es algo que pertenece a muchas culturas occidentales en base a lo siguiente: 13 personas son las que participaron en la última cena antes de la muerte de Cristo, 13 son los espíritus malignos en las leyendas nórdicas, y en el capítulo 13 del Apocalipsis es donde se habla del diablo como fuente de todo mal.

En tanto, en España, la mala suerte se atribuye al martes 13 de junio de 1276, cuando la población de Xátiva (Valencia) fue tomada por los musulmanes. Como escribía Marcos Rafael Blanco Belmonte en la revista Blanco y Negro, en 1922, “esto fue un martes, como pudo ser otro día. Pero fue un martes”.

Es así como el martes, para ciertas culturas, pasó a ser una señal negativa. De hecho, hay líneas aéreas que evitan la “fila 13” para sus pasajeros o edificios modernos que pasan del piso 12 al 14, salteándose el trece.

Cabe mencionar que incluso hay personas que sufren de fobia a los martes 13, lo cual se llama, de manera no oficial, trezidavomartiofobia.

Y así como en varios países de América el martes 13 es temido, hay naciones donde el día de temer es otro, como por ejemplo, el viernes 13 en la cultura anglosajona o el viernes 17 para Italia.

La cultura asiática, en tanto, asocia el número cuatro con las catástrofes y los malos augurios. Es que la palabra japonesa Shi, que quiere decir muerte, se pronuncia igual que cuatro. Es más, los que sufren de tetrafobia (terror al número 4) dicen Yon, que también significa cuatro, para referirse al número “maldito”.

Martes 13: las 5 supersticiones más arraigadas

  • Pasar por debajo de una escalera da mala suerte: La mala suerte de esta superstición se debe a que cuando la escalera se apoya contra la pared forma un triángulo, que la tradición popular identificó con el símbolo de la Santísima Trinidad. Antiguamente el pueblo pensaba que estaba prohibido pasar por debajo de este arco sagrado.
  • Romper un espejo da mala suerte: Esta creencia es común en todo Occidente cristiano, proviene para algunos del uso adivinatorio del espejo. En las sesiones de catoptromancia (adivinación mediante espejo) de los antiguos griegos, la rotura del espejo anunciaba la muerte. Es probable, sin embargo, que esta superstición obedezca a la idea de que la imagen reflejada en el espejo es el doble o el alma de quien los utiliza y que, en consecuencia, romperlo equivale a poner su vida en peligro.

Los factores económicos son también para algunos, el objeto de esta superstición. Los primeros espejos se fabrican en Venecia durante el siglo XV y estaban recubiertos por una lámina de plata. Eran muy caros, y las señoras para evitar que se rompieran, advertían a los criados que un espejo roto equivalía a siete años de mala suerte.

  • No te cruces con un gato negro: En Egipto el gato estaba considerado como la reencarnación de los dioses en el trance de comunicarse con los hombres y manifestarles su voluntad. Los gatos también eran momificados y todo aquel que se atrevía a matar un gato era acreedor de la pena de muerte.

En el siglo XII la Iglesia comenzó una persecución a los gatos, a los que consideraba símbolo del diablo y cuerpo metamórfico de las brujas.

Se reivindicó la existencia de los gatos a partir del XVII debido a su habilidad para la caza de ratas, causantes de temibles y desoladoras plagas. Durante el siglo siguiente recuperó su prestigio y por su belleza sirvió como modelo para múltiples cuadros y esculturas.

  • Tocá Madera: Las supersticiones relacionadas con la madera suelen tener carácter positivo.

Tocar madera tiene su origen en la madera de la Santa Cruz y en la veneración de que fue objeto las reliquias de trozos de madera de ella. También se dice que el origen de la superstición se encuentra entre las costumbres paganas de los druidas y magos de otros tiempos, que recurrían a la madera como a una “toma de tierra” para las malas vibraciones. De esta última versión viene la exigencia de que cuando se toca madera ésta no debe tener “patas”, es decir, que no valen ni mesas, ni sillas…

  • Abrir un paraguas dentro de una habitación: Nunca pero nunca de los jamases debe abrirse un paraguas en un lugar cerrado, dicen las abuelas. Las consecuencias van más allá de la mala suerte: puede llevar a la muerte.

Esta superstición es relativamente reciente, puesto que los paraguas, como tales, no fueron introducidos en Europa hasta el siglo XVII.

Su simbología procede, no obstante de los parasoles orientales, símbolos de la realeza que dimana de la divinidad, y del palio. Desde ese ángulo, se interpretaba que usurpar la condición divina por medio del uso del paraguas o la sombrilla e interrumpir el itinerario del reino de la luz (el sol) contribuía a desairar a los dioses y sólo se permitía que, excepcionalmente, sustituyera al recinto personal de cobijo y protección (la casa) en las salidas al exterior.

Así, el abrir el paraguas en casa constituye una doble provocación: por un lado, a la dignidad de los dioses, y por otro, al libre curso del reino de la luz. Otra interpretación más racionalista pretende que esta superstición fue creada de forma artificial, en los orígenes de la implantación del paraguas en Europa, con el fin de evitar los posibles accidentes que los primeros y desprevenidos usuarios del armatoste provocaban al intentar abrir las primeras varillas, que eran metálicas.

  • Tirar la sal: Al ser la sal un elemento de la tierra, un compuesto de sodio que desde la antigüedad se consideró protectora frente al maleficio y la portadora de buena suerte, puede que esta superstición esté relacionada con la importancia de la sal como conservante de alimentos. Pero también la sal simboliza la alianza del hombre con la divinidad.

Se cree que cuando hay sal en una casa siempre habrá dinero y si se echaba sal en los rincones de las cuadras el día primero de abril se evitaban las enfermedades del ganado.

Es de mal agüero derramar de forma involuntaria la sal o que se caiga un salero: el responsable de ese fatal descuido verterá tantas lágrimas como granos de sal se hayan desperdigado. Pretenden algunos que esta creencia procede de la Última Cena, en la que Cristo derramó la sal.


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