La planta de menta es muy útil en la cocina, donde se preparan infusiones y distintas bebidas. También, puede dar un particular aroma fresco a tu hogar. Además, muchas personas deciden tener una planta de menta en sus casas porque tiene propiedades medicinales.

En el caso de que quieras tener una planta de menta con todas estas características, debés conocer cuáles son sus cuidados y cómo mantenerla. Sobre todo, dependiendo el lugar en donde vayas a plantarla y la temperatura en la que se debe mantener.

La mejor época del año para la siembra es en otoño o primavera. Por la mañana debe estar al sol entre 18 y 21°c, pero en la tarde se tiene que mover a la sombra con una temperatura dentro de los 13 y 15° c. Si se ubica sobre la tierra fértil del jardín, esta tiene que estar húmeda y con un pH de 6.0 y 7.0. Es importante quitar las malas hierbas que puedan impedir que la planta eche raíces.

Maceta: Si el cultivo es sobre una maceta, esta debe ser lo suficientemente amplia para darle espacio al crecimiento. Asegurarse de que tenga agujeros en la base para drenar el exceso de agua y ubicar un plato o recipiente debajo de la maceta para que pueda la planta volverla a absorer.

Jardín: El único inconveniente que podría traer sembrarla de este modo, es el crecimiento desmedido. Para controlarlo, se puede enterrar un recipiente que impedirá que esto suceda. De todas maneras, se tiene que controlar de manera regular.

Otro de los cuidados a tener en cuenta con la planta de menta es el riego continuo que la mantenga húmeda pero no inundada. Proporcionarle fertilizante cada cierto tiempo y levantarla completamente cada 3 o 4 años para volver a plantarla nuevamente.

Al seguir todos estos consejos, obtendrás una planta de menta con un aroma intenso y fresco para tu huerta u hogar. Tener en cuenta que para la cosecha, esta se debe hacer justo antes de que florezca. Retirar también las hojas amarillentas cada vez que se encuentre alguna en la planta.