Cada 7 de agosto, se conmemora el Día de San Cayetano. Todos los años miles de creyentes de todo el país concurren a su santuario, ubicado en el barrio porteño de Liniers, para celebrar la misa, agradecer y pedir por paz, pan y trabajo.
La Iglesia Católica designó esta fecha en Argentina y en el mundo para recordarlo a él y a sus milagros. La misma coincide con el día de su fallecimiento, aquel 7 de agosto de 1547 en Nápoles, Italia.
San Cayetano de Thiene, se entregó piadosamente a obras de caridad, especialmente a favor de los aquejados de enfermedades incurables. Además, promovió cofradías para formar religiosamente a los laicos e instituyó los Clérigos Regulares, para la reforma de la Iglesia.
Lo curioso es que, en casi todo el mundo, el santo patrono del trabajo es San José Obrero y acá en Uruguay, es San Pancracio al igual que en España.
En Argentina, la devoción a San Cayetano proviene de la Beata Madre María Antonia de San José, (La mama Antula) la fundadora de la santa casa de ejercicios espirituales de Buenos Aires. Su devoción llegará a América junto con la de Rosa de Lima.