El presidente de Perú, Martín Vizcarra, debió enfrentarse este viernes ante el Congreso a un proceso de destitución, con el riesgo de sufrir el mismo destino que su antecesor, Pedro Kuczynski, pese a que se trata de un Congreso totalmente renovado por la disolución decretada hace un año en un choque entre poderes. 

Tras no conseguir los 87 votos necesarios, Vizcarra se salvó de ser destituido, en un juicio político exprés, armado y resuelto en una semana, en base a unos audios y sin investigación previa.

Antes del inicio del juicio político, algunos promotores de la vacancia presidencial reconocían que no había los votos para aprobarla. Y, al momento de votar, varios congresistas manifestaron que censuraban a Vizcarra, pero votarían en contra de su destitución. 

Martín Vizcarra es acusado de incapacidad moral permanente por supuestamente haber mentido y orientado los testimonios de sus colaboradores ante la fiscalía y una comisión parlamentaria, para ocultar información sobre las visitas a Palacio de Gobierno de un cantante contratado irregularmente por el Ministerio de Cultura, en plena pandemia por el coronavirus. El objetivo de ocultar esas visitas sería desmarcar al presidente del cantante y de su cuestionada contratación.

Por otra parte, una encuesta realizada esta semana por Ipsos reveló que el 79 por ciento de los peruanos se oponía a una destitución del presidente.