Uruguay comenzó este lunes a aplicar una dosis de refuerzo de Pfizer a los vacunados con Coronavac, en una combinación sobre la que no hay estudios pero que expertos locales consideran segura y necesaria frente a la amenaza de la contagiosa variante Delta del coronavirus.
El gobierno uruguayo hace así caso omiso a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que días atrás pidió posponer planes de administrar una tercera dosis hasta que los países más rezagados vacunen al menos al 10% de su población.
Alrededor de un tercio de los 3,5 millones de habitantes de Uruguay ya se anotaron para vacunarse tras haber recibido dos inyecciones del inmunizante del laboratorio chino Sinovac.
Uruguay ya vacunó al 73% de su población con al menos una dosis contra la COVID-19, mientras que el 67% tiene el esquema completo.
Pero del total de vacunados, el 65% recibió Coronavac, considerada menos efectiva para reducir contagios.
En ese contexto, el objetivo de las autoridades al aprobar el refuerzo es aprovechar que todavía no hay circulación comunitaria de la variante Delta para construir un muro de protección inmunológica.
De este modo, Uruguay se convierte en el tercer país de América Latina, luego de Chile y República Dominicana, en reforzar una vacuna de virus inactivado (Sinovac) con una dosis de ARN mensajero (Pfizer), pese a que aún no hay estudios sobre la mezcla de estas dos plataformas.
El Gobierno de Luis Lacalle Pou tomó la decisión tras la recomendación de la Comisión Nacional Asesora de Vacunas y un grupo ad hoc, mientras la comunidad científica no se cansa de repetir que la combinación es segura.
“La mezcla de plataformas robustece la inmunidad, históricamente ha sido así”, dijo el virólogo Santiago Mirazo a la agencia de noticias AFP.