Opinión

20 años de progreso y 20 de retroceso

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Los 40 años de democracia que cumplimos este año nos dejan, en primer lugar, una enseñanza muy clara: la democracia es el único sistema que existe en el mundo que garantiza el progreso, las libertades y una vida digna.

20 años de progreso y 20 de retroceso

A los que nos gusta, es el mejor de los sistemas. A los que no les gusta, tienen que reconocer que es el menos malo. No hay otro. Ahora bien, esta democracia que tiene 40 años de existencia, tuvo un primer paso importante en 1983 cuando el presidente Raúl Alfonsín tuvo un claro, fuerte y sorprendente triunfo para muchos. Una gestión que, lamentablemente, no pudo llegar hasta el final de mandato. Hubo problemas que se fueron sucediendo que no se supieron manejar, llámese Semana Santa, la rebelión de los Carapintadas, la hiperinflación. Pero también podemos decir que esta gestión fue conducida por un presidente que tuvo la enorme responsabilidad de ir poniendo en marcha los distintos poderes del Estado en un marco democrático. El tema de las libertades democráticas avanzó muchísimo respecto a la dictadura obviamente, pero también hubo contratiempos que luego, en la segunda gestión democrática, se resolvieron.

Esta gestión estuvo a cargo del presidente Carlos Menem. Hay que reconocerle al presidente Menem que terminó con el acoso que venían dando algunos sectores golpistas a fines del año 1990. Esta historia se cierra con una clara definición de Menem de no negociar con los golpistas. No sólo no va a Campo de Mayo a hablar con ellos, sino que pone mano dura y nunca más vivimos esa triste experiencia de sectores golpistas tratando de intrusar la democracia. La otra cuestión que también resolvió el presidente Menem fue la hiperinflación. Entonces, en los tres primeros gobiernos las instituciones funcionaron (decimos tres porque también analizamos el gobierno de Fernando De la Rúa que, lamentablemente, tampoco llegó al final, pero las instituciones funcionaron). En los tres, se respetó la Constitución y se pudo encauzar el cuarto gobierno que fue el de Eduardo Duhalde.

Es en el 2003, en el gobierno del presidente Duhalde, cuando se cierran los primeros 20 años de democracia: Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde.

En el interregno de la crisis 2001, que me tuvo como protagonista, también pudimos resolverlo aferrándonos a la Constitución. Estos primeros 20 años de democracia, con estos cuatro presidentes que acabo de nombrar, tienen un salto positivo.

Ahora bien, los siguientes 20 años muestran un giro no deseado. Un período de dos décadas donde no se encontraron caminos que avancen. Al contrario, volvimos a tener inflación y más del 40% de pobreza. Es decir que en lo económico dimos vuelta atrás: fuerte inflación como la que estamos teniendo en estos momentos, lo que algunos ya caracterizan como una hiperinflación (creo que todavía no, pero vamos camino a ello si no encauzamos aferrándonos al cumplimiento absoluto de las reglas de la democracia), democracia que requiere de partidos políticos. Los que tuvimos en la grave crisis institucional del 2001. De allí que pudimos resolverla. Ahora no hay partidos políticos y sin partidos políticos no hay democracia. Partidos políticos sin políticos es un absurdo. Hay un castigo generalizado que se hace de la política. Se dice: “Todos los políticos son malos”. Vemos una exageración del poder mediático casi irresponsable de generalizar. Y esa generalización no sólo de los medios. También hay responsabilidad de los actores políticos, de los actores económicos y de una sociedad que también debe reflexionar. Sin democracia no vamos a tener logros. Y sin partidos políticos no vamos a tener democracia.

He aquí la pregunta: ¿Cómo vamos a tener partidos políticos sin políticos? Es el problema que más preocupa en este final de estos 40 años de democracia.

De todas maneras, podemos hacer un balance claro y muy positivo de los primeros 20 años y un balance bastante negativo en los segundos 20 años. Este segundo tramo de democracia lleva a los niveles de pobreza a niveles nunca conocidos en Argentina. Los tuvimos momentáneamente en la hiperinflación de 1989 que se resolvió con el recambio de gobierno y de modelo económico que estabilizó y eliminó la inflación durante más de una década. En estos momentos, esta pobreza va creciendo año a año.

Logros perdidos y necesidades no satisfechas. De allí esta visión de 40 años, divididos simétricamente: 20 de años de progreso y 20 años de retroceso.

Por Federico Ramón Puerta- Exgobernador de Misiones, expresidente de la Nación y exembajador de Argentina en España

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