[vc_row][vc_column][vc_column_text]Tras el escándalo nacional por la instalación de cámaras en las aulas del instituto católico de la calle Quiroga al 1700, la hermana Bernardette Riedmaier, responsable de esta decisión, difundió una respuesta y retiraron las cámaras, pero no así el cableado. Los padres y alumnos se mantienen en alerta ante la posibilidad de una reinstalación del sistema de vigilancia. Y apuntan a un intento de control ideológico por parte de la religiosa.[/vc_column_text][vc_column_text]MONTECARLO. El escándalo por el intento de videovigilancia de alumnos en aulas del instituto Michel de Montecarlo motivó el retiro de las cámaras por orden de la directora religiosa del colegio, la hermana Bernardette Riedmaier. Lejos de la autocrítica, la religiosa cuestionó la actitud de padres y alumnos por oponerse a la medida que lesiona los derechos a la privacidad de los alumnos. Argumentó que las videocámaras y los micrófonos fueron instalados por motivos de seguridad en el marco de un plan integral lanzado por el propio rector Ángel Tavárez, quien ayer manifestó su rechazo a la viodeovigilancia en las aulas. El cronista local, José “Pepe” Levy habló con MisionesCuatro sobre el conflicto, resaltando que se origina en la decisión unilateral e inconsulta de la hermana Bernardette y puntualizó que si bien se retiraron las cámaras y los micrófonos, al nacionalizarse el conflicto –alumnos dieron clases en el patio, como forma de protesta- el cableado se mantiene y los aparatos de vigilancia podrían ser reinstalados en un futuro.
En diálogo con este medio, Levy explicó que el Instituto Michel, administrado por congregación religiosa católica, tiene mucho prestigio en Montecarlo, por lo que “duele y sorprende cuando ocurren hechos como este”, que se deben a la “falta de diálogo” y las “decisiones tomadas en forma unilateral, en el ámbito educativo. Si la Hermana Bernardette hubiera dialogado, se habría logrado algún consenso o no. Esto golpeó fuertemente a la comunidad educativa. De un día para otro te encontrás con un Gran Hermano observándote”, sentenció el cronista haciendo referencia a la novela 1984 de George Orwell, que describe una distopía en la que todos los seres humanos son vigilados por un gobierno totalitario.
Según Levy, el instituto incorporó el nivel secundario en los últimos años y con la presencia de adolescentes, al parecer, se dieron casos de incumplimiento de las normas de convivencia. “Parece que (alumnos) ingresaron una botella. Pero estos hechos siempre ocurren en instituciones educacionales”, comentó el cronista.
Después de la nacionalización del escándalo, la hermana Bernardette mandó a retirar las cámaras de las aulas, pero no así el cableado, por lo que los aparatos podrían fácilmente ser reinstalados. “Los chicos ya están en sus aulas”, indicó Levy, insistiendo en que “quedó el cableado”.
Pero lo que inquieta a los padres y alumnos es la posición de la hermana Bernardette, que se niega a hablar con los medios de prensa por expresa recomendación de los asesores legales de la institución educativa de la calle Quiroga al 1700.
En las nota de respuesta, Bernardette Riedmaier defiende la medida en función de garantizar la seguridad de los estudiantes. Y sostuvo que “la institución viene trabajando en un programa de seguridad integral impulsada por el rector”, remarcó Levy, quien no dejó de apuntar la contradicción con Tavárez, quien ayer “salió a manifestar su desacuerdo con la instalación de las cámaras. Esta de acuerdo con cámaras en el pasillo (y lugares comunes)”.
Las cámaras y micrófonos, en este momento “no están colocados pero no significa que no la vuelvan a instalar”, advirtió Levy, dando cuenta de la inquietud de los padres de los alumnos, que también –salvo raras excepciones- mantuvieron su reserva de hablar con los medios locales y provinciales.[/vc_column_text][vc_media_grid element_width=”6″ grid_id=”vc_gid:1496323857976-082da9a8-379f-4″ include=”108489,108490″][vc_column_text]Levy acercó a MisionesCuatro la nota escrita por la hermana Bernardette en respuesta al rechazo a la videovigilancia de alumnos en las aulas. Los argumentos vertidos por la religiosa resultan realmente alarmantes porque niegan el derecho constitucional a la privacidad de alumnos y docentes, agravado por el caso de que se trata de menores de edad, en muchos casos.
En el punto b del escrito de la hermana Bernadette, sostiene que “Este proyecto busca brindar mayor seguridad a nuestros alumnos y docentes, y por sobre todo, contribuir al control de la disciplina y de sus efectos, en la convivencia institucional”. Con esto se defiende el control disciplinario de los alumnos, con lo que queda en un segundo plano el tema de la supuesta búsqueda de mayor seguridad.
En el punto c, Riedmaier afirma que “de ninguna manera esta acción (la videovigilancia) puede afectar el ámbito de privacidad de alumnos y docentes, y menos aún pretende romper la armonía de convivencia institucional. Su objetivo es contribuir a la seguridad en los difíciles tiempos en que estamos viviendo y anticiparnos a cuestiones que, si no son advertidas, se transforman en graves”.
Y finalmente, la religiosa resaltó que “esta importante inversión económica [las negritas son del texto original], busca el mejor resultado en nuestra institución; por ello, resulta una reacción desmedida y sin sentido, que se busque eliminar esta importante herramienta de seguridad, invocando derechos subjetivos en el plano hipotético, sin sustento en la realidad”. Es preciso poner de relieve que la religiosa considera “derechos subjetivos” el derecho a la privacidad y a la libertad de conciencia, lo que demuestra un profundo desconocimiento o rechazo a la Constitución Nacional y los pactos internacionales con rango constitucional, firmados por Argentina.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row]
