POSADAS. El médico especialista en nutrición Alberto Cormillot realizó una serie de comentarios discriminativos hacia las mujeres con sobrepeso u obesidad que trabajan en oficinas, al opinar que no sufren acoso sexual en la medida en que tengan sobrepeso, declaraciones que causaron un repudio generalizado en todo el país.

En diálogo con el Noticiero de MisionesCuatro, la licenciada en Psicología Maira Denise Torres (Mp 356) esp. en Obesidad, Cirugía Bariátrica y Sexología Clínica y miembro del Equipo del Centro Cien Misiones, un centro especializado en el tratamiento del Abordaje interdisciplinario de Obesidad y cirugía bariátrica, explicó cómo aparecen los estigmas sociales y de género en el tipo de discurso que reprodujo el médico mediático Cormillot, en un programa de la TV Nacional.

“Hay varias cuestiones de infortunio. Llamó ‘Gordita de oficina’, cuando el término (médico) es persona con obesidad. Es una persona con una enfermedad, muy compleja, crónica, policausal que afecta a más del 50% de los adultos de nuestro país, en mayor o menor medida. Toda persona con 20 kilos más de su peso esperable, según su talla, ya presenta la enfermedad de la obesidad”, comentó Torres, en diálogo con este medio.

La discriminación de género vinculada a la obesofobia

En segundo lugar, Cormillot plantea “que una persona va a ser o no deseada por su aspecto físico, lo que es un concepto que atrasa. Antes había una visión estética muy hegemónica en torno a la mujer”, señaló la psicóloga, sobre “el aspecto negativo de la enfermedad de la obesidad en la mujer”.

“La obesidad en el hombre es mucho más aceptada socialmente, porque representa una visión de grandeza, poder, manejo económico asociada a un cuerpo más voluminoso. Mientras que en la mujer hay una visión cosificada que vincula la enfermedad con el descuido y el abandono de la persona. Pero esta enfermedad, no es una elección de la persona”, insistió Torres.

La obesidad es una enfermedad contra la que el paciente lucha constantemente

En este sentido, la psicóloga insistió en que una persona con obesidad “lucha constantemente contra esta enfermedad. Y nos es que no tiene voluntad, sino que son múltiples factores, como las enfermedades biológicas, predisposición genética, historia de vida de esa persona, cultura alimentaria familiar y otros psicológicos y sociales, las que inciden en que la persona desarrolle la enfermedad”, puntualizó.

Por otra parte, el discurso discriminador de Cormillot, muestra “un concepto erróneo. La construcción de la relación de deseo con otro, indistinto del género e identidad sexual y del aspecto físico de la persona”.

Además, Torres remarcó lo siguiente: “¿Por qué una persona buscaría ser deseada o tocada con una intensión sexual por un compañero de oficina como una muestra de aprobación, cariño o afecto?”.