Cada 13 de julio se conmemora el Día Internacional del Sarcoma, con el objetivo de informar y generar conciencia sobre esta enfermedad. Un punto central en la lucha contra esta patología es que no tiene forma de ser prevenida, por lo que es fundamental su detección temprana.
Se estima que representa el 1% de los tumores detectados en la Argentina. Se desarrolla en los huesos y tejidos blandos del organismo.
El sarcoma es un tipo de tumor de comportamiento maligno que se desarrolla en los huesos y en los distintos tejidos blandos del organismo, como por ejemplo los músculos, la grasa, los nervios y los tejidos fibrosos. Es decir, que se origina en la estructura que le hace de sostén a nuestro cuerpo.
“Se pueden presentar en cualquier parte del organismo. Los más frecuentes (60%) se dan en los miembros, tanto brazos como piernas. Pero también podemos verlos en el tórax, cabeza y cuello y en regiones específicas del abdomen. Existen dos tipos principales que se pueden dividir en sarcomas de partes blandas, que afectan a los tejidos blandos del organismo; y los sarcomas óseos”, explica el doctor Alejandro Pairola (MN 103360), cirujano del staff de Cirugía Abdominal del Instituto Alexander Fleming (IAF).
Los expertos coinciden en que se trata de una patología poco frecuente, que puede presentarse en la infancia, en la adolescencia y en la vida adulta. “Según datos reportados en 2022 del Cancer Statistics de Estados Unidos, de un total de casi 2 millones de nuevos tumores diagnosticados en el 2021, 17.000 eran sarcomas. Si bien en la Argentina no tenemos la incidencia exacta, se estima que representa el 1% del total de los tumores”, explicó el doctor Tomás Soulé (MN 153912), oncólogo clínico del Área de sarcomas, melanomas y tumores genitourinarios del IAF.
La baja incidencia del sarcoma hace que muchos pacientes se sorprendan y hasta escuchen hablar de la enfermedad por primera vez cuando reciben el diagnóstico. Esto hace aún más importante la difusión de la información sobre esta patología y la rápida intervención de médicos especializados para iniciar un abordaje adecuado.
“Se diagnostica ya con una lesión consolidada. Sin embargo, cuanto más pequeña sea la lesión, más oportunidades hay de obtener mejores resultados e impactar positivamente en la calidad de vida del paciente, así como mejorar las expectativas de curación”, explica la doctora Pflüger, que es jefa del Servicio de Melanoma y Sarcoma del IAF.
Por este motivo, es fundamental conocer cuáles son las señales de alerta de esta patología oncológica. “Los síntomas son muy variables según el origen y la localización del tumor. Los mismos van desde una protuberancia que se siente a través de la piel, que puede ser dolorosa o no. Otros síntomas pueden ser dolor, pérdida de peso, distensión abdominal y fractura ósea de difícil explicación”, detalla el doctor Pairola. En el caso de que aparezca un nódulo, este puede tener desde el tamaño de una pelotita de golf hasta volúmenes superiores.
Los métodos de diagnóstico son muy variables, en función del origen y ubicación del tumor, y lo recomendado es que sean indicados por un médico especialista con el fin de evitar someterse a estudios que sean innecesarios.