[vc_row][vc_column][vc_column_text]César Menotti se paró delante de los jugadores y brindó una charla que a toda vista resultó motivacional a juzgar por el aplauso final del grupo en un costado de la cancha auxiliar del predio de la AFA.[/vc_column_text][vc_single_image image=”242022″ img_size=”full” alignment=”center” title=”Imagen de Telam”][vc_column_text]La niebla se apoderó del cielo y Menotti de la atención. El “Flaco”, con campera negra, jeans y zapatillas, se dirigió a los futbolistas citados por Lionel Scaloni como si fuese un director de orquesta al extender esos brazos largos en determinados instantes para afianzar un concepto.
Para Menotti, los equipos de fútbol son como las orquestas, necesitan de los ensayos para alcanzar regularidad y plenitud.
El entrenador que reorganizó el fútbol argentino en la década del setenta charló con todos y repartió abrazos. Con Scaloni, con Walter Samuel, con Roberto Ayala y con el presidente de la AFA, Claudio Tapia.
A cada uno le dedicó un tiempo, pero siempre de cara al grupo de jugadores, quienes ya habían iniciado el entrenamiento. En tanto, los periodistas, desde la otra punta, siguieron sus pasos y consultaban si Lionel Messi estaba en viaje desde Rosario.
Menotti divisó un par de balones en el césped mojado de una mañana fría y no se resistió. El Director de Selecciones Nacionales ensayó unos “jueguitos” hasta que en su horizonte apareció Pablo Aimar, el ex volante talentoso de River Plate, a quien abrazó y dialogó durante varios minutos.
Hasta el arribo demorado de Messi, Menotti dio la nota en Ezeiza. Aquel encuentro tan esperado por el propio ex entrenador se leyó como una cumbre y aun con el mejor jugador del planeta a su lado, el “Flaco”, feliz y protagonista, se mantuvo en el centro de la escena.[/vc_column_text][vc_column_text][bctt tweet=”Menotti centro de la escena de la práctica de Argentina” username=”misionescuatro”]
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