El informe de la autopsia de Michael Jackson arrojó escalofriantes detalles del estado del artista que murió a los 50 años a causa de un paro cardíaco, provocado por una sobredosis de propofol, un potente calmante.
De acuerdo al medio británico The Sun, Jackson tenía pastillas parcialmente disueltas en el estómago y sobrevivía con solo una pequeña comida al día. Su cadera, muslos y hombros estaban cubiertos de marcas de pinchazos de las inyecciones de analgésicos que recibía a diario de su médico personal, Conrad Murray, quien fue declarado culpable de homicidio involuntario por administrar incorrectamente la droga que condujo a la muerte al artista.
“Era piel y hueso, se le había caído el pelo y no había estado comiendo más que pastillas cuando murió”, dijo una fuente a The Sun.
Y agrega: “Las marcas de inyección en todo el cuerpo y la desfiguración causada por años de cirugía plástica demostraron que su declive en sus últimos años”.