El Ejército de Birmania declaró este lunes el estado de emergencia al tomar el control político de Myanmar durante un año, tras detener a varios miembros del Gobierno, según ha confirmado en el canal de televisión controlado por los militares.
El hasta ahora vicepresidente del país, Myint Swe, fue nombrado en el cargo por los militares gracias a los poderes que les reserva la actual Constitución. Asumió la presidencia interina y le cedió todos los poderes al jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, informó el canal Myawaddy News.
La toma llega pocas horas después de la detención de la líder de facto del país asiático, Consejera de Estado y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
La agencia de noticias Efe, informó que se ha detenido a una treintena de personas, entre las que se encuentran activistas, escritores y artistas.
Birmania o Myanmar, oficialmente República de la Unión de Myanmar, es un Estado ubicado en el Sudeste Asiático. Limita con India y Bangladés al oeste, Tailandia y Laos al este, China al norte y noreste, y con la bahía de Bengala y el mar de Andamán al sur.
El ejército se apoderó este lunes por la mañana del ayuntamiento de Rangún. Cinco camiones militares se desplegaron en el recinto del ayuntamiento y los soldados hacían retroceder a las personas en la entrada, según la agencia AFP. Además, se registraron inconvenientes en el acceso a internet y a todas las telecomunicaciones.
Por su parte, Estados Unidos instó a los militares a liberar a los dirigentes detenidos, incluyendo la nobel y antiguo icono de la democracia, Aung San Suu Kyi, jefa de facto del gobierno, y amenazó con una respuesta de Washington.
A su vez, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “condenó firmemente” el arresto por el ejército de la jefe de facto del gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, y de los otros dirigentes políticos en ese país.
“La declaración de transferencia de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares (…) representa un duro golpe a las reformas democráticas en el país”, declaró Guterres.