Como consecuencia, 52 personas fallecieron y 789 resultaron heridos.
Más tarde hubo juicio, donde hubo 22 condenados, entre los que están los responsables de la Secretaría de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y Julio de Vido, ministro de Planificación Federal y de cuya cartera dependió Transporte hasta el choque del tren. También fueron arrestados los directivos de TBA (como Claudio Cirigliano) y el motorman Marcos Córdoba.
Ahora, resta esperar si la Corte Suprema falla o no a favor del arresto domiciliario de De Vido y Schiavi.
Este es un tema que preocupa a los familiares de la Tragedia de Once, quienes manifestaron públicamente: “Cada vez que un corrupto se va a su casa por motivos poco claros, la masacre vuelve a ocurrir. Es responsabilidad de la Justicia que esto se detenga. Que las condenas queden firmes y que lo causantes de tanto dolor sigan tras las rejas. Solo así sentiremos que vivimos en un país digno. Las únicas víctimas son los 52 inocentes muertos y sus familiares y amigos. No los condenados”.
La Tragedia de Once fue el tercer accidente ferroviario más grande de la Argentina, después del de Benavídez en 1970, donde murieron 236 personas y el de Sa Pereira, en Santa Fe, en 1978, donde hubo 55 muertos.