Tras conocer la resolución del juez José Pérez Arias, a cargo del Tribunal de Ejecución 1, Matías Bagnato, el único sobreviviente de la “Masacre de Flores”, dijo en declaraciones a la prensa tener “alivio y tranquilidad”.

“Estoy inmensamente emocionado. Deja un precedente importantísimo en nuestra justicia”, expresó Matías Bagnato, el único sobreviviente de aquel episodio trágico donde murieron sus padres, sus dos hermanos y el amiguito de uno de ellos.

Fructuoso Álvarez González continuará preso, pese a que cumplió la condena.

La Cámara de Casación Penal rechazó el pedido de la defensa de Álvarez González y lo encuentra “inadmisible”. Por ese motivo, permanecerá en prisión.

Este, es el segundo fallo en la Argentina de alguien que lleva cumplida la pena y continúa en prisión, como ocurre con el asesino Carlos “El Ángel” Robledo Puch.

Para Matías, que el asesino de su familia siga detenido es histórico y marca precedentes: “Creo que no es solamente una gran noticia para mi, deja un precedente importantísimo en nuestra justicia. Sobre todo para casos como este, psicópatas o violadores reincidentes con esta pena”, expresó.

La Masacre de Flores

El 17 de febrero de 1994 hubo un incendio en la casa de la familia Bagnato, ubicada en la calle Baldomero Fernández Moreno y Pumacahua, en el barrio porteño de Flores.

Como consecuencia de las llamas, murieron José Bagnato (42), su esposa Alicia Plaza (40), sus hijos Fernando (14) y Alejandro (9) y un amiguito suyo, Nicolás Borda (11), que esa noche se había quedado a dormir. Matías, tenía 16 años y sobrevivió porque pudo escaparse por una ventana.

La investigación comprobó que el incendio había sido intencional: el autor fue Fructuoso Álvarez González, exsocio y pariente político de José. El hombre había arrojado dos bidones con combustible y encendió el fuego como venganza por una presunta deuda.