Opinión

Lo conocido vs lo “no tan desconocido”

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Columna de opinión del noticiero central de MisionesCuatro del analista político económico Gonzalo Acuña.

Lo conocido vs lo “no tan desconocido”

En medio de esta contienda electoral, la situación económica se ha convertido en un verdadero desastre. En el epicentro de esta tormenta se encuentra el actual Ministro de Economía, una figura que ha demostrado ser por lo menos incompetente. Su gestión, al igual que la de todo este gobierno kirchnerista, ha llevado al país a un punto crítico que es imposible de ignorar.

La economía, bajo el liderazgo de un Ministro que no es economista, se ha caracterizado por una serie de políticas erráticas e irresponsables con consecuencias destructivas. En lugar de tomar medidas sólidas y equilibradas, ha optado por implementar medidas económicas que nos han llevado a una inflación descontrolada, un escenario económico recesivo y una desigualdad que se profundiza.  “El resultado es una población que sufre el peso de una economía en declive.”

Por otro lado, el cambio, representado por el economista Javier Milei, no es tan desconocido como podría parecer a simple vista. En el pasado, nuestra nación ha enfrentado situaciones similares, y ha habido momentos en los que hemos tenido líderes que han sabido guiar al país hacia la estabilidad económica y el bienestar de la población. Es esencial recordar que nuestra historia ofrece lecciones valiosas sobre cómo superar desafíos económicos.

En este contexto, la historia de “mejor malo conocido que bueno por conocer” resuena. La población, en medio de la incertidumbre, puede sentirse tentada a aferrarse al Ministro conocido, a pesar de sus fallas evidentes, por temor a lo que podría deparar el futuro con un candidato opositor que propone una política de  shock y estabilización.

La elección presidencial se avecina como un momento crucial en la historia de nuestro país, en el que los ciudadanos debemos soportar las consecuencias de nuestra elección. La continuidad de un Ministro que ha llevado al país al abismo solo prolongará el sufrimiento económico, mientras que el cambio, aunque cause temor, podría ser la chispa que necesitamos para salir de esta crisis.

La elección para mi es clara: ¿permanecer en la tormenta que conocemos o arriesgarnos en la búsqueda de la estabilidad que tanto necesitamos?

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