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Reanudaron el juicio oral contra Cristina Kirchner, De Vido y Lázaro Báez por la obra pública en Santa Cruz

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En este caso, el juicio tuvo la declaración de un testigo y empleado de planta de Vialidad Nacional entre 1994 y 2017, Guillermo Bartoli, a quien el Tribunal Oral Federal 2 le tomó declaración testimonial. La justicia investiga si hubo una asociación ilícita dedicada a lucrar con sobreprecios y licitaciones amañadas.

Reanudaron el juicio oral contra Cristina Kirchner, De Vido y Lázaro Báez por la obra pública en Santa Cruz

BUENOS AIRES. Este martes 9 de marzo se reanudó el juicio oral por irregularidades en la obra pública de la provincia de Santa Cruz, que involucra a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, al ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, al ex Secretario de Obras Públicas José López y al empresario K Lázaro Báez, recientemente condenado a 12 años de prisión por lavado de activos en la causa conocida como “La Ruta del Dinero K”.

En este caso, de altísimo voltaje político, el juicio tuvo la declaración de un testigo y empleado de planta de Vialidad Nacional entre 1994 y 2017, Guillermo Bartoli, a quien el Tribunal Oral Federal 2 le tomó declaración testimonial. “No existe posibilidad de que Vialidad ejecute una partida que no esté aprobada previamente en el Presupuesto”, resaltó Bartoli ante los magistrados, según publicó Perfil.

El juicio es por el presunto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz a favor de empresas del grupo Báez entre 2003 y 2015. De hecho, la justicia investiga si Cristina Kirchner lideró una asociación ilícita, junto a De Vido, López y otros ex funcionarios, dedicada a lucrar con licitaciones amañadas, presuntas coimas y sobreprecios en la obra pública.

Las declaraciones de un testigo negando los delitos

A todos los expedientes se les dio el mismo trato que a los de Austral. Es decir, no hay ningún expediente que se haya pagado a este grupo “por fuera de lo que la normativa indicaba”, declaró el ex el empleado de Vialidad Nacional.

Al negar que haya existido un direccionamiento de las obras hacia Báez, Bartoli sostuvo que se le realizaban “pagos anticipados” con “el descuento de los intereses correspondiente”, según establece la normativa vigente. Y, sobre Austral Construcciones, enfatizó: “Nunca recibió pagos que no fueran con fondos del Tesoro”.  

Según estableció el TOF 2, el juicio se realizará todos los martes de manera virtual mixta, ya que los jueces Andrés Basso, Jorge Gorini y Rodrigo Giménez Uriburu estarán junto a los testigos en la sede de Comodoro Py 2002. Pero el resto de las partes se conectará de forma virtual.

Un juicio que no concluirá en el presente año

De acuerdo con La Nación, están citados a declarar un centenar de testigos. Por lo que es dudoso que el proceso termine en 2021. Es probable muchos de ellos sean desistidos por las partes. Pero también se descuenta que las declaraciones de algunos de los testigos que estarán citados este año llevarán más de una audiencia.

Por ejemplo, está previsto que declaren todos los jefes de gabinete del kirchnerismo, incluido el actual presidente Alberto Fernández, que puede elegir hacerlo por escrito.

El beneficiado Lázaro Báez

Cabe remarcar que pocos días antes de que Néstor Kirchner asumiera la presidencia en 2003, Báez formó Austral Construcciones con 3.000 pesos, que representaba el 25% del capital social de la empresa. Al amparo del kirchnerismo, la firma creció y se convirtió en un imperio económico que se quedó con el 82% de la obra pública licitada en Santa Cruz durante los gobiernos kirchneristas.

Báez ganó, a través de sus empresas, el 12 por ciento de los contratos licitados por el Ministerio de Planificación dirigido por Julio de Vido y recibió, en cinco años, 4.000 millones de pesos en contratos del Estado Nacional y 1.200 millones en contratos de Santa Cruz.

En Agosto del 2015, La Nación publicó que un informe reservado que el gobierno envió a la Justicia, reveló que la Casa Rosada le otorgó más de 8 mil millones de pesos en contratos de obra pública a Báez, entre 2005 y 2015. Mientras, tanto, el empresario pagaba sin usar cientos de habitaciones y salones en los hoteles de la familia presidencial, en El Calafate (Hotesur).

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