Según Cabral, el reordenamiento de las calles fue aprobado el 5 de abril de 2022 mediante un plano que modificó las mensuras y cambió la disposición de las calles en relación con el catastro y urbanismo. Sin embargo, esta iniciativa generó una serie de problemas para los residentes. “Las direcciones de calles no coinciden, y nunca tuvimos carteles. Aprobaron sin mirar”, lamentó.

Al reclamar la situación, los vecinos mostraron el error a las autoridades responsables, quienes se comprometieron a solucionarlo. Sin embargo, Cabral señaló que el proceso se volvió burocrático y lento. “Nos dicen que necesitamos una nota firmada. Juntamos firmas y notas, pero no recibimos una respuesta. No se pueden hacer otros pedidos”, expresó con frustración.

Las condiciones de infraestructura en el barrio también son motivo de preocupación. Cabral destacó la falta de veredas y calles en adecuadas condiciones, lo que llevó a la pérdida del servicio de colectivo. Además, más de 30 focos del alumbrado público se encuentran quemados, sumiendo al barrio en la oscuridad y aumentando la sensación de inseguridad.

La situación se agrava para aquellos residentes más vulnerables, como personas discapacitadas y mayores. Problemas adicionales incluyen pinchazos de gomas de colectivos y acumulación de agua y mosquitos en días de lluvia.