Gruber compartió experiencias desgarradoras de crímenes perpetrados en la zona, incluido el asesinato de un vecino que sorprendió a ladrones carneando terneros. El productor reveló la impotencia que siente frente a la falta de soluciones concretas, destacando incidentes de intrusión no resueltos y robos continuos que afectaron a diversos productores locales.

El entrevistado expresó comprensión hacia las autoridades policiales, pero lamentó que la situación no haya mejorado. Criticó la llamada “doctrina de puerta giratoria”, donde los ladrones son detenidos pero liberados rápidamente, lo que, según Gruber, dificulta el trabajo de la policía y fomenta la impunidad.

Gruber detalló los recientes robos sufridos, incluyendo la faena de tres animales de alto valor económico. Subrayó la relevancia económica de estos delitos, destacando que para algunos productores la pérdida de una vaca puede representar hasta el 25% de su capital.

Además de los robos, el productor mencionó la crueldad adicional de los criminales, quienes mutilan a los animales al cortarles tendones, provocando sufrimientos innecesarios y, en algunos casos, la muerte por desangramiento.

También, señaló un brote de rabia paresiante en la región, lo que representa un riesgo para la salud del consumidor. Explicó que la vacunación de los animales y la espera de seis meses antes de su faenado son medidas necesarias, pero que los delincuentes no respetan.

Con indignación, Gruber ofreció una recompensa significativa de un millón de pesos para aquellos que proporcionen información que conduzca a la identificación de los responsables. Describió a los delincuentes como locales y reveló su presencia constante, incluso en días de lluvia.

El productor también criticó las condiciones de las patrullas rurales y la falta de mantenimiento de los caminos rurales, instando a una revisión de las estrategias de seguridad y la mejora de las infraestructuras.