Este jueves, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que promulgará una ley con una ayuda de 10.200 millones de dólares para enfrentar los efectos del coronavirus, pero vetará el aumento que preveía para los empleados públicos, cuyos salarios quedarán congelados hasta 2022.
La interrupción de las paritarias y reajustes hasta diciembre de 2021 “es el remedio menos amargo para los empleados públicos, de extrema importancia para todos los 210 millones de brasileños”, dijo.
La ley fue sancionada a principios de mayo, pero Bolsonaro explicó que vetará el aumento que contemplaba para los empleados públicos de los niveles federal, estadual y municipal y que acordó con los gobernadores y los bloques parlamentarios, congelar los salarios de esos empleados.