[vc_row][vc_column][vc_column_text]El clásico de la literatura infantil y juvenil se convierte en un audiolibro exquisito para adultos.[/vc_column_text][vc_column_text]¿Alguna vez nos hemos preguntado a qué suena la voz en nuestra cabeza cuando leemos un libro en silencio? Es un buen ejercicio detenerse a “escuchar”, por ejemplo, si la voz lectora es distinta a la propia, si es masculina o femenina, si se parece al personaje de la historia o quizás al autor. Después de todo es una de las relaciones más íntimas que tendremos a lo largo de la vida y una de las más afectivas también.
Cuando leemos un libro en silencio somos narrador y escucha, y nadie más que nosotros conoce esa perfecta relación de cadencias y tonos entre uno y el otro.[/vc_column_text][vc_single_image image=”125768″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Que nos lean en voz alta es uno de los placeres sencillos más ricos de la vida. Allí callamos nuestra voz y la voz del narrador parece emanar desde el interior de nuestra cabeza, llevándonos de paso a esas memorias profundas de la infancia en que nos acurrucábamos bajo el brazo de nuestra madre o padre. No por nada los grandes narradores de audiolibros se hacen de tantos seguidores devotos. Se convierten en seres queridos.
De ahí que la tecnología haya propiciado un boom de audiolibros donde todo tipo de celebridades se han enlistado para lee las grandes novelas del canon. Recordemos, por ejemplo, cuando David Cameron, Tilda Swinton y Stephen Fry (entre otros) se reunieron para leer y grabar nada menos que Moby Dick de principio a fin.
Y ejemplos de este tipo hay cientos que han tenido muchísimo éxito por su combinación entre las habilidades dramáticas de un actor y los requerimientos, también dramáticos, de un buen texto literario. Un caso afortunado es la reciente publicación en Audible de Alicia en el país de las maravillas, leído por Scarlett Johansson.[/vc_column_text][vc_column_text]Más allá del gusto o la afinidad que se tenga con Johansson como actriz, podemos decir que hay algo en su voz que es, si no atractivo, memorable. Para esta empresa la actriz creó distintas caracterizaciones para íconos tales como el Sombrero Loco o en gato Cheshire.
Quizás no es la primera opción que un padre elegiría para sus hijos (existiendo audiolibros con la voz de Jim Dale, por ejemplo), pero sí definitivamente es un placer sensorial para adultos, para quienes caminar por la ciudad con la voz de Johansson leyendo el gran clásico de Lewis Carroll puede resultar si no hermoso muy estimulante.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]Cultura Inquieta / vm.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
