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Cómo hacer un injerto de plantas

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El injerto, es una técnica de multiplicación vegetativa que consiste en unir diferentes partes de las plantas.

Cómo hacer un injerto de plantas

Esta técnica se puede utilizar tanto en plantas ornamentales como en frutales. El principal objetivo es unir las mejores características de ambas plantas, ya sea para:

Recuperar una planta debilitada;

“Crear” plantas más resistentes a las plagas;

Capaz de adaptar ciertas especies a diferentes condiciones climáticas y del suelo.

Condiciones básicas para injertar plantas.

Para tener éxito, es fundamental que exista compatibilidad entre las plantas implicadas. En otras palabras, los arbustos deben tener un cierto grado de parentesco en su genética para evitar la manifestación de incompatibilidad o rechazo.

También es muy importante que las superficies que entrarán en contacto entre sí estén limpias y lisas, no dificultando la circulación de la savia entre las plantas, porque esto es lo que las unirá y hará funcione.

No menos importante, todas las personas que vayan a manejar las plantas injertadas deben tener los conocimientos necesarios para evitar una exposición inadecuada de los cortes a los efectos del sol, el viento y el contacto con el suelo.

Otra condición básica es que las ramas a injertar deben haber “nacido” en el año anterior y haber sido recolectadas al final del invierno, guardadas en un lugar fresco para que se mantengan más tiempo para que el injerto se pueda hacer en primavera. La intención es que coincida con el inicio de la floración.

Cuidado después del injerto

Existen diferentes tipos de injertos, que varían según la colocación de la horquilla en el portainjerto. Cualquiera que sea el método que elija, es fundamental aplicar un “apósito” para ayudar a que la planta sane.

Para ello, es necesario exprimir las dos partes unidas con fibra y luego cubrir con un ungüento (mezcla sintética para aislar el injerto). Por tanto, es posible promover la unión de los tejidos y una buena cicatrización.

La parte inferior de la planta (portainjerto, caballo o silvestre), tiene el sistema radicular que le proporcionará los nutrientes y el agua necesarios para su desarrollo y transformación del injerto en una nueva planta.

También hay que tener cuidado en los meses siguientes al injerto: se deben eliminar todos los brotes que aparezcan como consecuencia del injerto, especialmente debajo de la zona injertada, para que toda la esencia de la planta injertada se conduzca al injerto y, de esa manera, la nueva parte aérea de la planta se desarrollará como se esperaba.

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