Cada día, el delfín de nombre Mystique, llega a hasta el lugar con regalos encontrados en el fondo marino, que cambia por una sonrisa o por comida. De esta manera, los empleados y visitantes del centro ya tienen consigo una impresionante colección de corales, piedras, conchas o botellas encontrados por el emprendedor delfín.
Una de las voluntarias del centro, Lyn McPherson, contó a ABC News que Mystique aprendió a hacerlo solo, sin ningún entrenamiento.