“Las armas totalmente autónomas decidirían quién vive y
muere, sin más intervención humana, lo que cruza un umbral moral”, explicó la
organización humanitaria Human Rights Watch (HRW), una de las que impulsa la solicitud.
Para las ONG, la falta de respuesta por parte de la comunidad internacional
permite que empresas tecnológicas y un pequeño grupo de países -Estados Unidos,
Israel, Reino Unido, Corea del Norte y Rusia- avancen sin obstáculos en el
desarrollo de estos “robots asesinos”.
Aunque los países de la ONU discuten el asunto desde hace años en Ginebra en el
marco de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, por ahora no hay
ningún tipo de regulación sobre la cuestión.
Las armas totalmente autónomas, también conocidas como “robots asesinos”,
podrían seleccionar y atacar objetivos sin un control humano significativo.
Según alertó HRW, existen serias dudas de que sean capaces de cumplir con los
estándares del derecho internacional humanitario, incluidas las reglas de
distinción, proporcionalidad y necesidad militar, mientras que amenazarían el
derecho fundamental a la vida y el principio de la dignidad humana.
La tecnología avanza “muy rápidamente” y “la diplomacia debe acelerar”,
advirtió Jody Williams, galardonada con el Nobel de la Paz en 1997 por liderar
la “Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres”.
“Reemplazar tropas con máquinas podría facilitar la decisión de ir a la guerra
y trasladar aún más la carga del conflicto a los civiles”, dijo HRW.
“Estas son armas que serían tanto el arma que mata, como el combatiente”,
advirtió Williams, citada por la agencia de noticias EFE.
La ONG alertó que “no queda claro si alguien podría considerarse responsable de
los actos ilegales causados por un arma totalmente autónoma: el programador, el
fabricante, el comandante y la máquina misma”.
“Esta brecha de rendición de cuentas haría que sea difícil garantizar justicia,
especialmente para las víctimas”, agregó HRW.
Según la campaña, la puesta en marcha de este tipo de armamento no es una
cuestión del futuro, sino algo ya posible a día de hoy, aunque con muy poca
precisión y muchos errores.
En los últimos días, responsables de la campaña llevaron además su mensaje a
las oficinas de varias empresas tecnológicas como Microsoft o Amazon.
Dentro de la industria, algunos gigantes como Google tomaron distancia de este
tipo de productos y figuras como Elon Musk, el fundador de Tesla, llamaron en
más de una ocasión a prohibir los “robots asesinos”.
Campaña internacional pide a la ONU un tratado contra los “robots asesinos”
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