PORTUGAL. En Europa, para muchos analistas es un misterio y una sorpresa que un país con un modesto PBI como Portugal, haya logrado frenar en seco la epidemia del nuevo coronavirus, pese a compartir 1.214 kilómetros de frontera con España, uno de los más castigados por la enfermedad viral.

Al viernes último, la frialdad de las cifras no deja lugar a dudas sobre el éxito de las políticas preventivas en Portugal: 435 muertos por Covid-19 contra los 15.843 en España; y 157.022 casos en el país presidido por Pedro Sánchez, contra sólo 15.472 de su vecino en la península ibérica.

La estabilidad política, clave en la lucha contra el Covid-19

Según el diario ABC, no se trata solo de que, geográficamente, el territorio luso se sitúa en el flanco más occidental de Europa y que los índices de contaminación de Lisboa y Oporto son claramente inferiores a los de Madrid y Barcelona. Sino que se trata, sobre todo, de dos factores clave: que las medidas drásticas de contención se aplicaron con anterioridad, incluso con una baja incidencia de la pandemia, y que el Gobierno no ha cometido las negligencias que caracterizan día tras día la gestión de Sánchez.

Para ABC, hay una importante armonía entre el primer ministro luso, Antonio Costa, y el presidente conservador Marcelo Rebelo de Sousa. Algo que no se da en el debilitado gobierno español, que incluso permitió las movilizaciones feministas masivas del 8M, que incidieron en un crecimiento de los contagios del nuevo coronavirus.

Medidas anticipadas y comportamiento cívico

Consciente de la fragilidad de su Sistema Nacional de Salud, el gabinete de Costa se dio cuenta de que debía ponerse manos a la obra cuanto antes. Declararon el estado de emergencia un día antes que Pedro Sánchez, cuando no habían transcurrido más que 11 días del primer caso positivo en Portugal. Y blindaron las fronteras.

El cerrojo impuesto en la frontera con España, más la autodisciplina de los ciudadanos lusos, demostró que se puede contener la pandemia. Sobre todo, si existe una fortaleza institucional y quedan de lado las diferencias políticas al momento de llevar a cabo acciones contra la expansión de los contagios en el marco de la pandemia del nuevo coronavirus.