Luciano Olivera, el adolescente de 16 años que fue baleado por un efectivo de la Policía Bonaerense en Miramar, recibió un disparo al pecho con orificio entrada y de salida, que le perforó el corazón y lo mató. 

El dato se desprende del resultado de la autopsia ordenada por la fiscal del caso, Ana María Caro.

De este modo, se confirmó la causal de la muerte del joven que además del corazón, el proyectil, que no se encontró en la escena, le lastimó otros órganos vitales que le “causaron la muerte inmediata”, confirmaron fuentes de la investigación.

El autor del disparo fue el oficial Maximiliano González, quien está acusado por el delito de homicidio agravado.

Este sábado al mediodía, el policía fue trasladado de un calabozo a sede judicial para prestar declaración indagatoria. Sin embargo, el efectivo se negó a hablar y fue enviado a una celda, mientras los investigadores recaban más pruebas en su contra.